Las piras de la hoguera bárbara, en El Ejido |
Al
duelo nacional por estos crímenes sin nombre, se agrega otro que enlutó el alma
nacional: el Protocolo de Río de Janeiro, ocurrido exactamente 30 años después
de las piras de El Ejido: el 29 de Enero de 1942, y que fuera firmado sobre
centenares de cadáveres de soldados y civiles caídos durante la invasión
peruana de 1941, con la provincia de El Oro ocupada, humillada y destruida,
mientras miles de sus pobladores huían por las montañas y las selvas, con
ancianos, mujeres y niños a buscar refugio para salvar sus vidas y un mendrugo
de pan para escapar del hambre.
Las
secuelas de estos crímenes históricos las padecemos hasta hoy. Degollados e
incinerados los jefes radicales de la Revolución Liberal, se instaló en el
poder una oligarquía compuesta por terratenientes, grandes exportadores y
banqueros, que mantuvo a sangre y fuego el yugo feudal y esclavista impuesto
desde la Colonia. Firmado el Protocolo de Río, perdidos nuestros derechos
amazónicos y medio territorio oriental, caerían luego las rapaces compañías
petroleras, y terminaríamos con Mahuad en la tragicomedia de los Acuerdos de
Paz, gracias a los cuales veríamos, por primera vez en la historia de las
naciones, que un país que ganó una guerra – la del Cenepa- terminó perdiendo
territorio, y en este caso, más territorio que el arrebatado por el militarismo
peruano mediante el Protocolo.
Por
desgracia, la juventud ecuatoriana de hoy tiene débil memoria. Estos
imborrables sucesos afectan poco a sus recuerdos. La cultura importada desde
Estados Unidos se encarga de ello. De allí que resulte imprescindible rememorar
estos hechos, en los que fueron cómplices grandes medios periodísticos y que
tuvieron la bendición de Nuestra Santa Madre Iglesia. Al respecto, la mención
no es gratuita: si las altas jerarquías católicas, con el Arzobispo González Suárez al mando, dejaron hacer y dejaron pasar a los asesinos de 1912,
aprobaron también la invasión peruana del 41. Basta recordar que el Nuncio
Apostólico del Vaticano en Lima, Monseñor Fernando Cento, después de recibir
grandes homenajes en el Ecuador, bendijo en pública acción de gracias, en la
Catedral de Lima, el triunfo de las armas peruanas. En cuanto al papel de los yanquis, bueno es
saber que el Cónsul norteamericano en Guayaquil, garante de la vida de Alfaro y
sus tenientes, se esfumó cuando ellos fueron apresados y conducidos a la
muerte, en violación del armisticio suscrito el 22 de enero bajo su garantía y
la del cónsul británico, que igualmente desapareció. En cuanto a la firma del
Protocolo, fue descaradamente exigida en la Conferencia Panamericana de Río por
la delegación norteamericana. De allí, a causa de estos trágicos sucesos, los
crespones que enlutan la bandera ecuatoriana. Por fortuna, ella flota ahora en
vientos de dignidad y esperanza.
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P.D. Le invito a que
escriba su comentario en el recuadro de abajo, no importa si está a favor o en
contra. Ejerza su derecho a decir lo que piensa.
C. M. Luis
Fernando Carvajal Herrera.
Atte.
Solo de acordarse da corage, y seria bueno recordar porque se feriaron con el protocolo de Rio de Janeiro en el 41. Escriban algo sobre eso, para no olvidar y sentar en la juventud el patriotismo del pueblo que fue vendido por los vende patrias del momento.
ResponderEliminar1 de febrero de 2013
ResponderEliminarNadie de los que hemos revisado un poco de historia de nuestro país, podemos olvidar lo sucedido en 1912. 1941, 1981, 1999. Ayer Pilato se lavaba las manos frente al pueblo por el asesinato de Jesús de Nazareth y ahora Guillermo Lasso, dice que el no es culpable del feriado bancario, cuando el fue Ministro de Economía, ahora pomposamente y cínicamente dice no saber nada, el pueblo, no come cuentos, a Lasso y a los banqueros corruptos que saquearon el país, nadie les que cree, aunque CREO, volver a saquear lo pretenda hacer nuevamente, la banca al poder jamás permitiremos.
L
Estimado Doctor, felicitaciones por el artículo "Crímenes históricos". Realmente es necesario que el Ministerio de Educación incorpore en la malla curricular estas evidencias históricas a fin de que nuestros niños y jóvenes no pasen por la vida ignorando vergonzosos hechos nacionales, puesto que en verdad es importante conocer el pasado, aprenderlo bien a fin de no volver a repetirlo.
ResponderEliminarFELICITACIONES POR ESTE INTERESANTE ART. "CRÍMENES HISTÓRICOS" NOS HACE RECORDAR PARTE DE LA HISTORIA DE NUESTRO ECUADOR, DONDE SOLDADOS ENTREGARON SU VIDA POR DEFENDER EL HONOR A NUESTRA PATRIA, EL ESFUERZO FUE INUTIL POR QUE PERDIMOS GRAN PARTE DE TERRITORIO ECUATORIANO, SE DEBE INCLUIR EN LA MALLA CURRICULAR LA CATEDRA DE CIVICA, ETICA, ASI COMO LA HISTORIA DE NUESTRO ECUADOR, QUE POCO A POCO ESTAMOS OLVIDANDO, NUESTRA RAICES DE DONDE VENINOS Y ADONDE NOS PROLONGAMOS HACIA UN ECUADOR MEJOR.....
ResponderEliminarODA A LA DERROTA
ResponderEliminarEl militarismo actual expresado en la figura del candidato Moncayo y militarismo político en la del Dr. Bolívar Chato Castillo, junto a otros, son los herederos de los gestores que en su momento traicionaron a la Patria, imponiendo la idea del derrotismo; mediante el cual, perderíamos la guerra si se diera un conflicto con el Perú; por esta razón, fraguaron la idea e influenciaron en los gobiernos, para que no se realice ninguna obra de infraestructura en el cordón fronterizo de Loja, El Oro y Zamora Chinchipe con el argumento de que esas obras facilitarían la invasión peruana. Hecho que significó el atraso y abandono por décadas de nuestros pueblos. Son los mismos que facilitaron los acuerdos donde perdimos gran parte de nuestro territorio a pesar de ganar la guerra. Pido perdón a las actuales generaciones de jóvenes por no haber hecho lo suficiente para evitar esta traición. Para colmo de la desvergüenza, el político pidió al Plan Binacional que entregara más recursos a Loja por ser la que más sufrió la desidia de los gobiernos. Es decir, pretende que le paguen la cobardía. Hombres y mujeres de todos los estratos sociales estuvimos dispuestos a defender nuestra Patria y marchamos a los diferentes teatros de operaciones. Ellos son los cobardes, nos hicieron perder los que habíamos ganado en las batallas, hoy pretenden engañarlos nuevamente.
Ramiro Alvear Sánchez