Así
los llamó el Presidente Jaime Roldós Aguilera a quienes en 1980, en calidad de
diputados de la Cámara de Representantes, se unieron en un solo combo golpista
para combatirlo. Los dos “patriarcas de la componenda” más destacados eran León Febres Cordero y Assad Bucaram, a los que se sumaron líderes ultraizquierdistas
y vivos de toda especie. Y los “patriarcas” desataron toda una guerra política
contra el joven mandatario ecuatoriano, erigido en bravo denunciante de la
oligarquía, la derecha y el imperialismo. Este último, por boca del gobierno de
Ronald Reagan, había condenado abierta y textualmente “la doctrina Roldós de
derechos humanos”, por considerarla antinorteamericana, pues implicaba la
condena a las dictaduras que los yanquis, la CIA mediante, impusieron en
aquellos años a varios países de América Latina. Además, Roldós ordenó la
captura de barcos pesqueros norteamericanos, defendía la pertenencia del Ecuador
a la OPEP, las relaciones con Cuba y Nicaragua sandinista, los derechos del pueblo palestino. En lo
interno, Roldós iniciaba medidas sociales que, aunque tímidas y pequeñas,
afectaban a los intereses de la oligarquía, tales como la comercialización
estatal de víveres. Razones todas ellas, entre otras, para desatar la furia del
imperio y de sus atentos servidores criollos. Y de paso, para llevarlo a la
muerte en el sangriento magnicidio colectivo de Celica, sucedido el 24 de Mayo
de 1981.
Esta
lección histórica el pueblo debe tenerla presente en las elecciones
presidenciales y parlamentarias del próximo 17 de febrero, pues la oposición
proyecta desde ya conformar el nuevo combo en la Asamblea Nacional, segura como
está por anticipado que Rafael Correa ganará en las urnas abrumadoramente, y en
una sola vuelta. Entonces a esta oposición antidemocrática, antipopular y antiecuatoriana no le queda
otro recurso que armar la guerra política desde la Asamblea Nacional,
constituyéndose en obstáculo y freno de las políticas de cambio, a la vez que
adobando un hirviente y repugnante caldo de golpismo. Un 30 de Septiembre
parlamentario.
En
su hora, Roldós se propuso disolver el parlamento subversivo y convocar de
inmediato nuevas elecciones, pero el griterío político y mediático que desató
su tentativa, lo apabulló. Los genios y notables de siempre, los voceros del
imperio, la cúpula eclesiástica; en suma, los defensores del pasado le acusaron
de populismo galopante, de caudillo antidemocrático, de aspirante a dictador.
Al desistir de su propósito, Roldós se quedó solo y condenado a la muerte. De
allí que en esta ocasión, quienes creen en la necesidad de avanzar en el camino
de la Revolución Ciudadana, no solamente deben votar por Rafael Correa, sino
también por los candidatos de las listas afines para la Asamblea Nacional; listas que dejan mucho
que desear en cuanto a varios nombres, pero que en conjunto están llamadas a
consolidar las propuestas de cambio y ser un firme parachoques frente a los nuevos
“patriarcas (y matriarcas) de la componenda”. Nunca más otros 30 de Septiembre,
con ningún disfraz.
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P.D. Le invito a que
escriba su comentario en el recuadro de abajo, no importa si está a favor o en
contra. Ejerza su derecho a decir lo que piensa.
C. M. Luis
Fernando Carvajal Herrera.
Atte.
Aunque parezca mentira, recién ahora me desayuno lo que pasó con Roldós. Por qué lo quitaron del camino.
ResponderEliminarHoy son otros tiempos, es cierto, pero estamos alertas.
Dr. Galarza, fue Ronald Reagan, siendo Presidente de los Estados Unidos quien dijo "No permitiremos que surjan estos movimientos en América Latina, y los reduciremos a su mínima expresión", cuán fácil resulta para algunos disponer de la vida de otros seres humanos a fin de proteger mezquinos intereses, lo que ocurrió luego, aún nadie se atreve a aclarar, peor investigar científicamente.
ResponderEliminarNo hay duda que siempre habrán quienes quieren tumbar a otros. Los patriarcas están arriba, los de abajo ponemos los votos, no la resbaladera.
ResponderEliminarMarco Jiménez
Concuerdo en aquello de que en las listas de candidatos por AP hay gente que deja mucho que desear en cuanto a su capacidad y honestidad. Lamentablemente nuestro presidente, a quien apoyo por su pasión, por su deseo de cambiar a este pais, entre sus defectos como ser humano que es, confía demasiado en esta gente.
ResponderEliminarMi voto siempre ha sido y es por Rafael, aunque no confio en sus colaboradores, porque la corrupción está latente en todos los organismos. Muy solapada, pero pervive desde siempre. Y ese afán de sacarla a la luz por la oposición, porque no son ellos los que ahora están robando,finalmente es necesaria y debe ser el motor para seguir luchando por disminuirla, porque erradicarla, puedo decir que es imposible. Algo parecido a intentar erradicar un cáncer. Que en la extirpación del tumor, también se debe sacrificar tejidos sanos.
HASTA LA VICTORIA SIEMPRE. MIENTRAS TENGAMOS A RAFAEL, SEGUIRA VIVA LA ESPERANZA.