Una novedosa muestra de los actuales sondeos electorales nos trae diario
Expreso de domingo 16 de octubre: los presidenciables compitiendo en una
carrera de caballos, siendo Lenin Moreno el jinete que va a la cabeza en el
país con más del 47 por ciento de los votos, seguido a lo lejos por
Guillermo Lasso con el 11 por ciento, Cynthia Viteri con un poco más del
8 y Paco Moncayo con el 8 por ciento. Datos en base de una misma fuente:
Perfiles de Opinión. En lo fundamental estos sondeos coinciden con los de otras
encuestadoras, con caballos o con asnos de por medio. Cifras de espanto para
quienes creen que así se perfila el triunfo de Lenin Moreno en una sola
vuelta y, con ello, ¡Dios nos libre!, la prolongación del “correismo” y la
Revolución Ciudadana. De allí la danza de traiciones, juramentos de amor
incumplidos y camisetazos que se mueve alrededor de los tres jinetes de la
cola, que fustigan a sus caballos sin lograr que avancen. Rabia y llanto de un
fracaso anticipado.
Lo grave del caso es que el trajín electorero y la complicidad de los
grandes medios oscurece realidades fundamentales y propicia el voto equivocado,
llamando a elegir a una de las tres candidaturas que, apenas en forma
disimulada, son propiciadas por la banca privada, de tristísima recordación en
el país por las nefastas consecuencias del feriado bancario practicado en la
época de Mahuad.
¿Cómo que la banca privada no tiene que ver en la encendida campaña
electoral que culminará en febrero del 17? ¿Y Guillermo Lasso no es el
principal dueño del Banco Guayaquil? ¿Y no acaba de pronunciarse Rodrigo Paz,
el máximo de Produbanco, a favor de Cynthia, y hasta se especula
públicamente que él podría ser su pareja electoral? ¿Y Paco Moncayo, no tiene
una historia ya de años que lo vincula con el Banco Pichincha? ¡Lo que faltaba!
¡Que el bondadoso y desmemoriado pueblo ecuatoriano sea empujado a escoger entre
tres horcas bancarias para sus años próximos!
Una brevísima evocación de los torcidos rumbos del Banco Pichincha la
encontramos en el libro “Narcos, Banqueros y criminales” cuyo autor es el periodista argentino Juan Salinas, libro que publicado en 2006 fue saboteado en su circulación en Ecuador, según los editores, por el miedo que tuvieron los distribuidores de enfrentar represalias del Banco Pichincha, del cual esas páginas traen una minuciosa referencia, con nombres y señales, de cómo el gobierno de Rodrigo Borja alimentó al maltrecho banco en mención con dos depósitos de la Reserva Monetaria Nacional con la suma de 87 millones dedólares destinados a una mísera agencia creada en Nassau, Las Bahamas, símbolo de los paraísos fiscales, manejada por Fidel Egas Grijalva, a poco amo absoluto del Banco Pichincha.
En nuestro artículo del jueves pasado relatamos las jugadas golpistas de
Paco Moncayo, entonces Jefe del Comando Conjunto, para derrocar en febrero de
1997 a Abdalá Bucaram, luego a las dos días a la vicepresidenta Rosalía Arteaga
y, por fin, instalar en el poder como presidente “Interino” a Fabián Alarcón.
Poco después, nos cuenta el mencionado libro, Moncayo “consiguió que el 48 por
ciento del paquete accionario del Banco Rumiñahui pasara a manos del Banco
Pichincha”; es decir, la plata de los militares y de la ciudadanía, en general.
Ahora los que hablan del patriotismo y espíritu democrático de Paco
Moncayo, deberían recordar estos hechos, y en especial aquellos dirigentes
indígenas y sindicales que hoy corren tras las botas del general retirado,
candidato de la Izquierda Democrática a la Presidencia, además de estos
antecedentes, deberían recordar también que el Gran Paro Nacional de losTrabajadores, noviembre de 1988, y el primer Levantamiento Indígena en 1992 se
dieron contra el gobierno de la ID presidido por Rodrigo Borja,
y fueron brutalmente reprimidos.
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C. M. Luis Fernando Carvajal Herrera.
Atte.
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