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viernes, 22 de junio de 2012

PORQUÉ SOY CANDIDATO


Algunos de mis lectores de este espacio periodístico –especialmente una estudiante secundaria- me han preguntado: ¿Por qué usted, que no necesita puestos ni galardones, ahora quiere ser presidente de la Casa de la Cultura Ecuatoriana? El interrogante alude al hecho de que, efectivamente, estoy inscrito como candidato para esa importante función junto con el candidato a vicepresidente Julio Micolta Cuero, poeta popular esmeraldeño, símbolo de la negritud. Los dos hemos acogido la propuesta del Colectivo ACCION TRANSFORMADORA DE LA CASA DE LA CULTURA ECUATORIANA (AT-CCE), con nuestra protesta en contra de los amarres e ilegalidades que muestra el proceso a causa de las maquinaciones emprendidas por la Presidencia de la Casa y la inefable Comisión Política que desde hace más de dos años hace de las suyas, y que es un organismo por fuera de la estructura legal y estatutaria de la Casa. En mi caso, estas son las razones para al anunciado desafío electoral:
1. Porque la Casa, que nació  al calor de la Revolución del 28 de Mayo de 1944, con valiosas excepciones provinciales, ha caído en el plano del elitismo y del centralismo, alejándose de la historia, de la vida y del abrigo popular. Por tanto, hay que devolverle su rumbo natural, ideado por el pensamiento socialista de Benjamín Carrión. Tenemos energías para lograrlo.
2. Porque la Institución se ha anquilosado, al punto que, del 90 por ciento de escritores, artistas e investigadores científicos que agrupó en sus inicios, hoy integra en su membrecía menos del 5 por ciento de los mismos. Y nosotros desarrollaremos una Casa de puertas abiertas a todos los actores culturales a la juventud, las mujeres, las comunidades, los 229 cantones de la Patria. Nuestros antecedentes de realizadores garantizan el cumplimiento de este sueño.
3.Porque es necesario poner fin al discrimen institucional, que se evidencia con la cerrada oposición al funcionamiento del Núcleo de Pichincha, -en cuyo corazón está nada menos que Quito-, pese a que se creó hace más de tres años con autorización de la Junta Plenaria y la Presidencia institucional. Nosotros hemos combatido abiertamente esta injusticia.
4. Porque es preciso que se defina con claridad la posición de la Casa frente al Estado y al gobierno del Presidente Rafael Correa, en base a la independencia de gestión, a la elegibilidad autónoma de sus directivas mediante voto universal secreto, al derecho de crítica y de discrepancia, sin caer en sinuosas posturas inspiradas por la oposición derechista y oportunista. Al respecto, nuestra línea ha sido y es pública, franca y clara.
5.Porque, como parte de lo definido en el punto 4, creemos que es consecuente con la historia y la filosofía de la Casa apoyar toda política inscrita en los postulados del Sumac Kausay y toda acción en pro de la soberanía nacional, como por ejemplo expulsar a los agentes norteamericanos de la CIA y apoyar el asilo fraterno solicitado por Julián Assange, fundador de los Wike Leaks, que tanto bien han hecho a la humanidad frente a las atrocidades universales de “ese Norte revuelto brutal que nos desprecia”, como dijera José Martí, el Apóstol de la Independencia de Cuba y gran amigo del Mejor Ecuatoriano de Todos los Tiempos: Eloy Alfaro.
(Nuestras ideas y propuestas en esta contienda eleccionaria de trascendencia nacional, los lectores pueden encontrarlas en las direcciones que encabezan esta nota.)

domingo, 17 de junio de 2012

LAS DOS CARAS DEL 5 DE JUNIO


Es de sobra conocido que cada 5 de Junio, al celebrarse la fecha en que se proclamó en 1895 el triunfo de la Revolución Alfarista, las aves carroñeras de la política ecuatoriana -que muy a su gusto habrían devorado los restos del Jefe de la Revolución y sus valerosos tenientes-, salen  a lucir sus escarapelas liberales y a danzar el baile de los vivos sobre los despojos de los ilustres muertos. Y es que ellos nunca sintieron amor ni devoción por la memoria de quienes hicieron posible, con sus profundas reformas, dotarle al país de libertades y reformas perdurables, simbolizadas, aunque fuera únicamente por el laicismo y la separación de la Iglesia y del Estado, conquistas que permitieron al Ecuador saltar de la Edad Media a la era de la luz y de la dignidad humana. Atrás quedaba el tiempo en que García Moreno dividiera al pueblo en tres porciones, una destinada al encierro, otra al destierro y la tercera al entierro, según la cáustica visión de Juan Montalvo. Atrás quedaba el tiempo en que la Iglesia feudal ejercía el mercado de esclavos y la compraventa de haciendas con sus respectivas manadas de animales y de indios bestializados por el huasipungo y el hambre. Atrás la era en que todo aquel que no se sometiera al poder oscurantista estaba condenado al ostracismo o a la hoguera.
Sí, ciertamente la Revolución quedó inconclusa, incinerada el 28 de Enero de 1912, hace 100 años, en la pira de El Ejido. Pero también nos dejó banderas de libertad que jamás nadie logró arrancarnos de las manos. “Libertad o muerte”, el lema de los combatientes alfaristas no era sólo un cintillo en los sombreros de las montoneras: era la reiteración de que este pueblo jamás dobló la cerviz ante los tiranos criollos o extranjeros.
Por eso, este 5 de Junio, el sol de la historia alumbra la otra cara de la verdad: la celebración profunda de la Revolución triunfante, el reconocimiento de sus conquistas formidables y de ese largo camino de llanto y sangre, recorrido en 30 años de  guerrillas, montoneras, desembarcos y choques frontales entre los ejércitos mercenarios del poder y los ejércitos descalzos y descamisados del pueblo de siempre, de la juventud indómita, de las ManuelitasSáenz que engendró la patria. En suma, todas estas fuerzas que hoy han iniciado su marcha de gigantes, que no se detendrá hasta lograr la Segunda y Definitiva Independencia del Ecuador, en  el contexto de una Amárica Latina dueña de su destino, liberada de todo imperio y de toda tiranía.