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miércoles, 22 de agosto de 2012

LOS RUGIDOS DEL LEÓN


Años atrás, concurriendo a una sesión del Tribunal Russell en Roma, visitábamos el cercano y espectacular Zoológico de la ciudad. El bullicio de la fauna cautiva era notable. De pronto, un potente rugido de león rompió el aire: sobrevino un silencio cobarde, los demás animales se achicaron en sus respectivas jaulas. Hoy día, cuando el envejecido león británico lanza sus amenazantes rugidos contra la soberanía del Ecuador, muchas almas pusilánimes se achican y critican al Presidente Rafael Correa por suscitar las iras de este rey de las selvas del capitalismo salvaje. Esta gente sería capaz de permitir que la fiera invada nuestra embajada en Londres y despedace con sus colmillos sangrientos a Julián Assange, que además de merecer respeto por el hecho de ser humano, se ha convertido en símbolo de la libertad de expresión, tan necesaria para los pueblos y tan cacareada hipócritamente por los dueños del mundo y sus sirvientes de toda especie. Desde luego, hay quienes en sus críticas no parten del temor a los rugidos, sino de su entreguismo a los poderes imperiales, que los comparten como los últimos socios y descarados beneficiarios. ¿La soberanía nacional? Recordemos la célebre frase de Gustavo Noboa Bejarano, cuando en su hora presidencial, defendiendo la base yanqui en Manta y el consiguiente plato de lentejas, expresó: “La soberanía no se come”.
Lo que no se dice, o se olvida por conveniencia, es el hecho de que el Reino Unido jamás fue solidario con el Ecuador en sus distintas tragedias y aspiraciones. Cierto que contribuyó a la Independencia de nuestros pueblos latinoamericanos mediante préstamos al Libertador Simón Bolívar, pero esa acción estuvo dirigida a debilitar al principal rival de Inglaterra que era España. De allí nació para el Ecuador un nefasto destino que tuvo por nombre La Deuda Inglesa, que significó un gran negocio para los prestamistas, que vendieron a diestra y siniestra los respectivos bonos, para provecho de financistas internacionales y de corrompidos gobernantes ecuatorianos, a tal punto que esa deuda enana -25 millones de dólares- la terminamos de pagar recién a los 150 años de adquirida, en 1975. Por su parte, la multinacional Anglo Ecuadorian Oilfields, gloria del imperialismo inglés, vino luego de la Independencia a saquear nuestro petróleo de la Península de Santa Elena, considerado el más barato y más dulce y ligero del planeta; saqueo que duró más de medio siglo y que sólo nos dejó hambre y miseria en la Península. Esto para no hablar, por ahora, de las implicaciones de la Royal Dutch Shell en la desdichada Guerra del 41.

E-mail: jaigal34@yahoo.es  Twitter: @jaigal34

miércoles, 15 de agosto de 2012

¡EL ECUADOR EXISTE!


En una de sus célebres Cartas al Ecuador, Benjamín Carrión cita al personaje de Víctor Hugo que les dice a los poderosos ingleses de su época: "Milores, el género humano existe". Eran los tiempos en que la Rubia Albión, como se denominaba a Gran Bretaña, asaltaba países y riquezas en todo el mundo, masacraba hindúes, árabes y africanos, convertía a China, mediante cañonazos, en el mayor mercado de drogas, en el más grande consumidor de opio. Pero la historia criminal del colonialismo inglés se queda corta ante las hazañas neocoloniales y guerreristas de los Estados Unidos: Hiroshima, Nagasaki, Corea, Viet Nam, Palestina, Guatemala,  República Dominicana, Cuba, Grenada,Irak, Afganistán, Libia, he allí un pobrísimo registro de la ruta de sangre y muerte impuesta por los yanquis a la humanidad solo en los últimos 67 años; esto por no hablar de la cadena de golpes de Estado y dictaduras descargados sobre América Latina y otras áreas del planeta, y por no referirnos por ahora al terrorismo desatado en Siria o las amenazas a la República Islámica de Irán, que defiende tan bravamente su soberanía. Desde luego, al Imperio de la agresión y la violencia, los pueblos le respondieron siempre con heroica dignidad, y muchas veces le hicieron morder el polvo de la derrota.
En el caso del Ecuador, nuestra patria fue permanente víctima de la alevosía imperialista: ocupación militar de Galápagos (1941), guerra petrolera (1941) por mano del militarismo peruano, Guerra del Atún, golpes de Estado (JuntaMilitar-CIA en 1963), Reservistas en la Amazonía, Base de Manta, intervencionismo permanente de la Embajada norteamericana, coacción y corrupción por medio de la Deuda Externa, etc.etc. Las presiones imperialistas de los últimos años, establecido el gobierno de Rafael Correa, son incesantes y descaradas, con la yapa de que a las acciones enormes de los gringos se une el griterío y el servilismo de los ecuagringos, esa raza perruna que añora los tiempos en que el Tío Sam nos trataba a patada limpia, mientras ellos se arrastraban por el suelo lamiéndole las botas y saboreando las sobras del festín. Hoy mismo la bullanga propalada por ellos desde grandes medios privados es de escándalo: que Correa se niega a firmar los TLC imperiales, que expulsó a la dignísima embajadora, que mandó al cuerno la Base de Manta, que propicia esas cosas infernales llamadas UNASUR y ALBA, que mantiene horrible amistad con el régimen diabólico de Irán, que se niega a sumarse al terrorismo desatado en Siria, en fin, que probablemente conceda asilo político a Julián Assange, convertido en el nuncio del Apocalipsis en que desaparecerá el capitalismo, tan benéfico y generoso con la humanidad....De allí que es oportuno volver a Benjamín Carrión, el patriota, el amigo de la Revolución Cubana, el suscitador de la Segunda Independencia, el profeta del Ecuador como potencia cultural, no ese Benjamín Carrión usado como taparrabos por el caciquismo enseñoreado en la Casa de la Cultura fundada por él. Es oportuno y bueno recordar las enseñanzas de ecuatorianidad contenidas en sus Cartas, como aquella en que dijo que, entre los "atributos esenciales del pueblo ecuatoriano, el primero es el mantenimiento de la soberanía nacional", para agregar luego: "el pueblo ecuatoriano, que sabe morir y matar en defensa de la patria, de la libertad, de la justicia, existe".
Sí, poderosos amos del mundo. Sí, señores yanquis. Sí, perrunos ecuagringos.  Este pueblo existe, es y será libre. No jueguen con fuego. El Ecuador  existe.  
    
E-mail: jaigal34@yahoo.es  Twitter: @jaigal34

miércoles, 8 de agosto de 2012

LOS RETOS DE LA CULTURA


Concluye en estos días el proceso electoral de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, instaurado para elegir sus nuevas autoridades nacionales. Y concluye de manera nada  edificante debido a las manipulaciones de la  Presidencia de la Institución y la llamada Comisión Política, ente extra legal que fue creado por la Junta Plenaria, el máximo organismo de la Casa, con la finalidad de dialogar con la Asamblea Nacional respecto del proyecto de Ley de la Cultura, pero que terminó siendo el poder sobre el poder, la code analizarse esta turbia historia en sus detalles. Por ahora señalemos algunos problemas de bulto que han surgido en este proceso, del cual somos testigos excepcionales por haber recorrido las 24 provincias del país, manteniendo reuniones con los Núcleos Provinciales de la Casa, así como diálogos con diversos sectores de la ciudadanía y con toda clase de medios. Los problemas que saltan a la vista son dos vicios mayúsculos de la Institución:  el elitismo y el  centralismo.  El elitismo ha convertido a la Casa en pequeños cenáculos donde unos cuantos “cultos” viven del autoelogio, las condecoraciones, el favoritismo editorial, los viáticos para reuniones y misiones intrascendentes. A parejas de lo dicho, tenemos una notable ausencia de juventud, de nuevos creadores, de nexos con las más importantes comunidades. Algunos datos lo confirman: por ejemplo, en un país de 15 millones de habitantes, la membrecía total es de apenas 3.700, de los cuales acudieron a las urnas menos del 50 por ciento, y en Guayaquil apenas el 25 por ciento. Esto revela, de paso, absoluta falta de interés en los destinos de la Casa. Respecto de la incomunicación con el pueblo, hay casos de escándalo, como lo que sucede en Imbabura en donde ni la crecida población indígena ni la población afrodescendiente que vive en el Valle del Chota tienen relaciones con el Núcleo Provincial, pese a sus grandes virtuosidades artísticas en el campo de la música y la danza. Igual ocurre con los artesanos y artistas de la madera, de los tejidos y bordados.
En cuanto al centralismo, este se ubica tanto en la Matriz como en las diversas capitales de provincia, la primera concentrando su gestión en la capital, Quito, y los directorios provinciales sin desarrollar ni crear los núcleos cantonales, donde se concentran los sectores afectados de mayor marginalidad y exclusión.
Otro de los fenómenos detectados en el proceso es el caciquismo cultural instalado por décadas en algunos núcleos provinciales, con dirigentes que mantienen círculos de adictos sin perfil cultural alguno, inscriben miembros con criterio clientelar, expulsan a otros sin el debido proceso y castigan a funcionarios y trabajadores que no son de su simpatía o que se niegan al papel de esbirros.  
Estas breves anotaciones de la punzante problemática de la Casa de Benjamín Carrión, son únicamente indicios de lo que sucede allí, como un acumulado de décadas y de varias administraciones. Superar esta situación es una suma de retos y entraña toda una revolución.

E-mail: jaigal34@yahoo.es  Twitter: @jaigal34