Una llanta sin tuercas en un carro que echa a rodar es peligrosísima.
Puede ocasionar consecuencias funestas para sus ocupantes, así fuera si el
vehículo solo se encunetara, no digamos si sufre un volcamiento aparatoso
o se precipita al abismo.
El carro de lujo que maneja Lucio pudo sufrir tal percance, al menos él
lo supone así, cuando afirma en declaraciones públicas que,
recientemente, al salir de gira electoral, se topó con la desagradable sorpresa
de que a una llanta de su vehículo alguien le sacó las tuercas, tal vez con el
siniestro fin de provocar un luciocidio, dejándole a George W. Bush sin “el
mejor amigo y el mejor aliado de los Estados Unidos”, como el ínclito candidato
presidencial de hoy lo dijera al mandamás del Norte cuando este asolaba el
planeta con las guerras declaradas por todas partes.
Claro que este macabro episodio es difícil creerlo a quien mintió tantas
veces que, al decir de sus enemigos, le creció la nariz como a Pinocho, tanto
que luego hubo de ordenar un recorte del noble apéndice a una clínica de
cirugía plástica.
Pero, en fin, todo es posible en esta isla de las fantasías. De lo que
no hay la menor duda es que el carro político que maneja Lucio, la Sociedad
Patriótica, presenta no una sino las cuatro llantas sin las malditas tuercas,
por lo que está condenado al más sonado fracaso en las elecciones de febrero
próximo, siendo fácil advertir que se dará, por lo menos, una terrible vuelta
de campana, dejando maltrechos a todos sus ocupantes, de lo que no les salvará
ni siquiera la dichosa fortuna de uno sus copilotos, milagrosamente liberado de
gravísimas acusaciones criminales, sin duda gracias a la protección del Dios
Dólar, que es la deidad suprema del universo.
En la misma entrevista donde el imaginativo candidato revela al país la
historia de las tuercas, hace constar que él no se cayó del Palacio de
Carondelet por ninguna rebelión de los Forajidos, sino únicamente por no haber
tenido buena prensa, por no haber manejado una buena política de medios.
De ser cierto, esto ya no debe
preocuparle: tiene todos los canales y medios que desee con tal de darle palo a
la Revolución Ciudadana. Incluso está beneficiado con la valiosísima
amistad de los héroes ocultos o públicos, prófugos o perdonados del 30 de
septiembre, que bien se valen para enllantar un nuevo carro golpista, esta vez
con todas las tuercas bien ajustadas.
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P.D.
Le
invito a que escriba su comentario en el recuadro de abajo, no importa si está
a favor o en contra. Ejerza su derecho a decir lo que piensa.
C. M. Luis
Fernando Carvajal Herrera.
Atte.
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