Traductor

miércoles, 9 de septiembre de 2015

LLACTA QUERIDA Y LEJANA


Pocos dolores son tan intensos en el ser humano como el causado por la patria que nos arrancan, o cuando nos la arrancamos nosotros mismos, forzados por las circunstancias. Ese dolor de patria (dolor de llacta, de la tierra de uno, que dejamos) fue reflejado con hondura en estos versos de un poeta cuencano del siglo XIX, que fueron luego musicalizados en notas melancólicas. La letra  expresa:

Rinimi llacta rinimi,                          Voy a partir, patria mía,
may carupi causangapa,                     a país extraño y distante.
mana quiquin llactashina,                  No tienes tú para el indio
cuyanguichu runataca.                       Ternura propia de madre.

Por cierto en la época en que nacieron estos versos, el indígena ecuatoriano no se iba del país, propiamente. Escapando a la ferocidad del gamonalismo serrano, dueño de vidas y haciendas, se marchaba a la Costa, 'al Guayas', en pos de pan y libertad, para caer en las garras de los 'gran cacao', las haciendas bananeras de la United Fruit u otros latifundistas, o las compañías petroleras, como la Anglo, que habían iniciado el saqueo del petróleo peninsular en los años 20.

Décadas después, en los años 70 y 80 vino el creciente éxodo masivo hacia Estados Unidos, quedando despoblados los campos del Azuay y de Cañar. La ausencia de reforma agraria, la presencia de una miseria aplastante obligaban a la emigración, para gozo y solaz de los coyotes. Luego vino el gran desangre poblacional, a partir del Feriado Bancario urdido por la derecha criolla y el Fondo Monetario Internacional. En forma multitudinaria, la clase media perdió sus ahorros y huyó del país, esta vez principalmente hacia Italia y España. A comienzos del nuevo siglo, la cuarta parte de los habitantes se extrañó de la patria que no tuvo para ellos 'ternura propia de madre'.  

Muchos de aquellos emigrantes, llegados en distintos momentos y circunstancias, se encuentran hoy en Canadá. En días recientes los hemos encontrado en la gran ciudad de Toronto, nostálgicos de la llacta querida y lejana, cantando las canciones de la tierra, bailando sus ritmos populares, muchos deseosos de retornar pero con la incertidumbre del cómo y para qué, a la espera de horizontes seguros que les brinde la Revolución ciudadana.

En tanto, se unen a través de lazos fraternos en la Comunidad de San Lorenzo, que tiene como líder carismático, batallador y honesto al padre Hernán Astudillo, nacido medio siglo atrás en El Valle, laboriosa parroquia de Cuenca. La Comunidad es muy activa, mantiene una emisora -Voces Latinas- que convoca multitudes, y despliega múltiples labores sociales, mientras gana amistades en los medios canadienses, universitarios, sindicales, culturales.

Junto al padre Astudillo, anglicano y fraterno con las demás religiones, está siempre participando otro dinámico cuencano, Rolando Vera, el emblemático atleta que hoy se desempeña en Toronto como Cónsul de nuestra patria. Junto a ellos, numerosas 'mamitas' y otros activistas -todos voluntarios-, nos hacen saborear el dulzor de la llacta querida y lejana, a la que se recuerda con los ojos llorosos pero llenos de esperanza.

E-mail: jaigal34@yahoo.es          Twitter: @jaigal34
_______________________________________________
P.D. Le invito a que escriba su comentario en el recuadro de abajo, no importa si está a favor o en contra. Ejerza su derecho a decir lo que piensa.
C. M. Luis Fernando Carvajal Herrera.
Atte.

Twitter: @lufecahe

No hay comentarios:

Publicar un comentario