Como quiera que la derecha conservadora y neoliberal, reencauchada bajo
distintos ropajes, ha iniciado su carrera hacia las elecciones del 2017, es
importante traer a la memoria de los amnésicos electores ecuatorianos la obra y
las hazañas de León Febres Cordero, cuya resurrección se inició en días pasados
con la erección del monumento en su honor, allá en ese gran negocio oligárquico
llamado Malecón 2000. Y es que a falta de líderes con alcance nacional, dirían
sus seguidores, bien vale recurrir al cementerio.
Desde luego el inicio de la campaña , según comentario de no pocos
febrescorderistas, resultó frustrante, pues lejos de presentar al hombre fuerte,
duro, malhablado ("Yo no me ahuevo, carajo")la escultura lo muestra
con la cabeza semigacha, en gesto tristón, quien más bien recuerda al
"Llorón de Taura", como le motejaran los irrespetuosos a raíz del
secuestro del mandatario ocurrido en la Base Aérea de Taura el l9 de enero de 1987, por acción de unos cuantos paracaidistas que así le exigieron poner en
libertad al general Frank Vargas Pazzos. Un final deplorable de sus
bravuconadas, que le llevó a exclamar ante sus captores y periodistas entrometidos:
"¿Qué más quieren que firme?"
Uno de los mitos febrescorderistas que levanta esa derecha reencauchada
es la del "guayaquileñismo" de su héroe, que entre otras funciones
destacadas cumplió dos papeles destacadísimos contra Guayaquil: gerenciar durante
varios años la Empresa Eléctrica del Ecuador, que no era otra cosa que una
máscara más del monopolio norteamericano Electric Bond and Share, que esquilmó
despiadadamente a los usuarios pobres pero daba energía gratuita a los grandes
medios privados. Y gerenciar las compañías de Luis Noboa Naranjo de tal modo
que evadieran impuestos y aplicaran el dumping a otros productores bananeros de
Guayaquil, regalando la fruta en mercados internacionales a fin de
quebrarlos.
Otro de los mitos febrescorderistas se refiere a sus dotes de gran
impulsor de la economía nacional, cuando no hubo una sola obra de envergadura
emprendida por su gobierno, y más bien lo que hizo es consolidar el monopolio
de la sal a través de empresas como Crisal y Ecuasal, a la vez que enriquecer a
los intermediarios del petróleo, para lo cual ubicó junto a su despacho una
oficina de negocios petroleros manejada por su hermano Nicolás.
¿Febres Cordero patriota? Bastan unos cuantos datos para mostrarnos la
verdad. Así, la Revista Vistazo, No.516 de 17 de febrero de 1989, trajo el dato
de que su secretario privado, y además su yerno, Miguel Orellana Arenas
estaba acusado de abuso con fondos públicos, al haber recibido 150 mil dólares
en efectivo por orden de la Junta Monetaria, que los compartió con Ran Gazit,
terrorista israelí, especializado en la formación de escuadrones de la muerte.
A propósito, Ricardo Noboa Bejarano, ex ministro de Industrias de Febres
Cordero, cuando se distranció de él dio a conocer al país que el líder
socialcristiano tenía una guardia privada preparada en Israel.
Su papel en la conspiración contra el Presidente Jaime Roldós Aguilera,
está por completarse todavía, pero basta señalar que el dictador panameño y
agente de la CIA Manuel Antonio Noriega se confabuló con Febres Cordero para el
famoso paquetazo de drogas puesto en el carro de Abdalá Bucaram, lo cual le
arrastró al líder del Partido Roldosista a una inmunda cárcel de Panamá,
repleta de avezados criminales.
Y Noriega, poco antes, estuvo directamente involucrado en el asesinato
del presidente ecuatoriano, conforme las revelaciones del periodista
norteamericano Seymour Hersh.
En fin, con Febres Cordero hay para rato, aunque algunos ingenuos de las
filas oficiales creen que no es bueno despertar a su fantasma, porque se corre
el riesgo de perder votos en Guayauqil.
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P.D. Le invito a que
escriba su comentario en el recuadro de abajo, no importa si está a favor o en
contra. Ejerza su derecho a decir lo que piensa.
C. M. Luis Fernando Carvajal Herrera.
Atte.
Twitter: @lufecahe
Miro la foto de la esfinge que buscan rememorar al extinto "verraco" en la que se pone de manifiesto, su parca personalidad y en la que subliminalmente agacha cuando tiene millones de ojos fijos sobre su audacia y unos dedos apuntando reclamo. Cada palabra vociferada por cualquiera de sus partidarios quieren excretarlo como que el patriotismo o el heroísmo se consigue conspirando en contra de la ingenuidad que lo elige.
ResponderEliminareres un escritor amargado y distorsionador de la historia
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