Muchos en Ecuador, en Estados Unidos y
otros lares del mundo desearían fervientemente que la memoria del presidente Jaime Roldós se fuera cada vez más allá de la tumba, hasta llegar al eterno
olvido. Con ello, el horrendo magnicidio del 24 de mayo de 1981 quedaría para
siempre en la impunidad, como ha sucedido hasta hoy, cuando se cumplen 33 años
del crimen que le arrebató la vida a él, a su esposa, Martha Bucaram Ortiz; al
general Marco Aurelio Subía, ministro de Defensa, su esposa, y cinco personas
más entre pilotos y tripulantes. Total: nueve ecuatorianos víctimas de un
siniestro plan nacional e internacional concebido por una feroz horda de
caníbales.
Pero la radiante figura de Jaime Roldós
está lejos de haberse eclipsado. Así, el año pasado el fiscal general, Galo Chiriboga, decidió reabrir la accidentada e inconclusa investigación del caso,
en tanto que poco después se proyectaba en el país el documental ‘La muerte del
Presidente Roldós’ que, con todas sus debilidades, apunta hacia la versión del
crimen y nos muestra el entorno histórico de entonces, donde estaba en su
gloria el Plan Cóndor ideado en 1975 por las dictaduras de Pinochet y Videla,
para frenar ‘el peligro comunista’ decapitando a sus líderes y masacrando a
cuantos se opusieran a los designios del imperio y su instrumento favorito: la
CIA.
En el mencionado documental, el general Richelieu Levoyer, ejemplo de militar demócrata, exhibe y da crédito al libro
‘Quiénes mataron a Roldós’, de Jaime Galarza Zavala. Pues bien, esta obra,
publicada en 1982, al año del magnicidio, reaparece ahora en tercera edición
que se presentará en Quito en la Biblioteca de la FLACSO, dentro de un
importante panel sobre el tema ‘La impunidad en Ecuador durante el siglo XX’,
en que además de este caso se enfocarán los de la Hoguera Bárbara, la represión
contra Alfaro Vive y la desaparición de los Hermanos Restrepo, con la
participación de Pedro Restrepo, Eduardo Puente, Susana Cajas y Jaime Galarza
como panelistas. El acto se llevará a cabo en la Biblioteca de FLACSO el jueves
22 de mayo, desde las 6 de la tarde. Posteriormente se efectuará un acto
similar en Guayaquil, cuna del presidente asesinado.
Esto
demuestra no solo que la memoria de Jaime Roldós se mantiene viva sino que,
además, nos reta para nuevas y trascendentales acciones, como es esta de unir
mentes y corazones para luchar contra una de las peores herencias históricas
que arrastra nuestro pueblo: la impunidad. Impunidad que no se ha dado solo en
los casos mencionados sino en cientos y cientos de matanzas individuales y
colectivas, en ciudades y campos. Ejemplos: 15 de noviembre de 1922, la masacre
obrera de Guayaquil; 3 de junio de 1959, masacre popular en Guayaquil cometida
por el gobierno socialcristiano de Camilo Ponce Enríquez; matanza de
estudiantes en 1968, durante la Rebelión de los Bachilleres, por citar
únicamente algunos casos. Con todo lo cual podemos concluir que a Jaime Roldós
Aguilera no lo podrán matar.
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P.D. Le invito a que
escriba su comentario en el recuadro de abajo, no importa si está a favor o en
contra. Ejerza su derecho a decir lo que piensa.
C. M. Luis Fernando Carvajal Herrera.
Atte.
Twitter:
@lufecahe
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