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miércoles, 22 de enero de 2014

¡ADELANTE, UNIVERSIDAD!


El grito ha vuelto a resonar en el campus de la Universidad Central, coreado por millares de voces: ¡Adelante, Universidad! Esto con motivo de las recientes elecciones de sus autoridades, en que triunfó el antiguo profesor de Medicina Fernando Sempértegui.

Claro que gritar "Adelante" es un ritual que no significa nada. Se puede dar pasos hacia adelante marchando sin término en el mismo terreno; se los puede dar para subir a la cumbre o, al contrario, para dirigirse al abismo. ¿Hacia dónde se encamina el emblemático plantel de educación superior, tan querido por todos los ecuatorianos? ¿Hacia la excelencia académica, la mediocridad de etapas anteriores, la política de sectas y de tribus garroteras? Está por verse, pero desde ya es inquietante saber que el triunfador contó para ganar con el apoyo del sector partidista que tuvo en sus manos el timón de la nave durante varias décadas, llevándola al borde del naufragio. El temor surge porque se dan signos maléficos como el que sugiere la siguiente información periodística en la entrevista hecha al doctor Sempértegui: "Marcelo Rivera, expresidente de la FEUE por el MPD, que gobernó la Central por 20 años, antes del período de Edgar Samaniego, escribió en Twitter: `'Triunfan las fuerzas democráticas en la UCE. Correa-Samaniego es derrotado' ". (El Comercio, 18 de enero 2014).

Recordemos que Rivera fue a prisión por la garrotiza propinada al Rector Edgar Samaniego, acción por la cual su grupo lo convirtió poco menos que en héroe nacional, por lo que sus palabras revelan una intencionalidad política apenas disimulada: hacer de la Universidad Central un campo de lucha contra el correismo, conforme  su secta, al igual que otras, califican al proceso de cambios (limitado e incompleto, si se quiere) que vive el país. Esto es alarmante aunque solo fuese porque la agrupación de Rivera participó activamente en el fallido golpe de Estado del 30-S, en que estuvo a punto de ser asesinado el Presidente Rafael Correa. Desde entonces, toda clase de opositores busca un cuartel en el cual agrupar tropas y disparar sus cañonazos para derribar al régimen que les quita el sueño, esto en el mejor estilo de la CIA.

Claro que en este caso, la declaratoria de guerra no es ni será obvia. Se levantarán banderas que atraigan a los estudiantes y confundan  a la ciudadanía. Así, se pondrá al Yasuní de por medio, se reivindicará la recategorización de la UC para recuperar el nivel A, se echará rayos y centellas contra la política petrolera y extrativista del gobierno, se exaltará la libertad de expresión condenando la Ley de Comunicación, etc., etc., todo esto mientras se silencia la agresión de la Chevron contra el país y se calla el papel antinacional y proimperialista de los grandes medios privados.

Naturalmente, en el carro del triunfo no está solo Rivera y su grupo. Se hallan también progresistas e izquierdistas que buscan honestamente consolidar una línea de pensamiento y acción que convierta a la Central en un campo de estudios de la más alta calidad, como lo sueñan sus 40.000 estudiantes y lo necesita el Ecuador. Pero por ahora esta es solamente una suma de buenas intenciones, y es sabido que de buenas intenciones está empedrado el camino al infierno.


E-mail: jaigal34@yahoo.es         Twitter: @jaigal34
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P.D. Le invito a que escriba su comentario en el recuadro de abajo, no importa si está a favor o en contra. Ejerza su derecho a decir lo que piensa.
C. M. Luis Fernando Carvajal Herrera.
Atte.
Twitter: @lufecahe

4 comentarios:

  1. Lamentablemente es un análisis demasiado sesgado de una persona que debería dar luces sobre el rol actual de la Universidad debido a su gran trayectoria de luchador popular, seria bueno que converse con los honestos progresistas e izquierdistas que nombra para mejorar sus percepciones , porque ahora mas que nunca necesitamos una universidad publica fuerte y con voz propia!

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  2. Considero que no se trata de un sesgo en el análisis, sino de una clara visión objetiva, tomando en cuenta la trayectoria violenta y veligerante del MPD en la Universidad Central. Los que hemos vivido desde hace muchos años las experiencias hostiles de este sector podemos dar cuenta de que la crisis universitaria a más de ser un problema estructural, también es responsabilidad de esa seudoizquierda doctrinaria que nunca izo esfuerzos por leer la realidad del país y de la universidad. Probablemente hoy pretendan reconstituirse, ante lo cual alertamos a aquellos sectores honestos y comprometidos que si existen en la Universidad y menciono a uno como Nelson Rodríguez que emprendan en un proceso de transformación radical y que estirpe de raiz la mediocridad y la retórica inútil de estos seudo luchadores y conviertan a la Universidad en un verdadero centro del conocimiento y reflexión para aportar a la transformación económica y social que demanda el Ecuador de Hoy.

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  3. EN LA VIDDA NO EXISTEN FRACASOS EXISTEN ENSEÑANZAS.

    Como dijo el Dr. Edgar Samaniego, no se preocupa de pequeñeces, el llamó así a que los profesores con nombramiento temporal no cobramos los sueldos de agosto del 2013, a que la Universidad Central debe pagar glosas al IESS por que no pagan a tiempo los aportes, a que en vez de cumplir con los pagos de sueldos quieren hacer con convenio de pago perjudicando en los sueldos que no pagan completo, a la exclusión de grupos de profesores que no apoyamos al régimen de Nueva Universidad, al mal trato a los empleados, a las amenazas (MOOBING) de hacer sumarios administrativos, en general a la precarización laboral, que existe en estos momentos administrada por el Director de Talento humano, designado y apoyado por el Sr. Rector, mismo que no reconoce que un CEO es el responsable de la administración de la Universidad.

    Creo que un cambio por malo que sea siempre es bueno, nos obliga a tomar nuevas decisiones y hace que mejoremos o dejemos nuestros STATUS QUO para cambiar siempre en bienestar de la Universidad Central.

    Académicos recordemos que " LA PERSONA QUE NO RECUERDA EL PASADO ESTÁ SUJETO A VIVIRLO NUEVAMENTE"

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  4. Las voces direccionadas o disputas personales dentro de las instituciones son pequeñeces en relación al empeño que deben propender académicos y estudiantes; en el ejemplo de la Universidad, donde el esfuerzo común tendría que vencer al oscurantismo, a viejas mallas y prácticas caducas y mezquinas. Debe florecer la innovación en cada profesional, pues su familia y patria lo precisan..

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