Cuando
el río suena…CIA trae. Claro que cuando alguien menciona a la central del
espionaje y el terrorismo oficial de la Yoni, muchos se encogen de hombros.
Creen que el sujeto es paranoico y que la ve hasta en la sopa. Ignoran que, por
autodefinición y oficio, la CIA compite
con Dios en aquello de que está en todas partes. Desde que la fundó en 1947
Harry S. Truman, el presidente genocida que
arrojó bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, la tenebrosa Central
fue extendiendo su poder a todos los continentes, a todos los países, a todas
las instituciones y organizaciones sociales, políticas, militares, policiales,
religiosas.
De su elemental papel de recolector de información, pasó muy pronto
a sus principales actividades en el mundo: operaciones encubiertas, complots,
golpes de Estado, formación de escuadrones de la muerte, batallones de
mercenarios, guerras locales y multinacionales. Su gran debut tuvo por
escenario a Irán en 1953, bajo la batuta de Kim
Roosevelt , que logró el derrocamiento del primer ministro Mossadegh por
haberse atrevido a nacionalizar el petróleo, que se hallaba en manos de las
multinacionales, especialmente de la Anglo Persian (hermana de la pigmea Anglo
Ecuadorian Oilfields). Un año después, la CIA organizó en Honduras un ejército mercenario
para invadir Guatemala y derrocar al gobierno democrático de Jacobo Arbenz que
se atrevió a nacionalizar latifundios de la United Fruit, inaugurando cuatro
décadas de sanguinarias dictaduras. Luego la CIA desplegó incontables acciones terroristas en Cuba, Nicaragua, Viet Nam,
Laos, Cambodia, Oriente Medio, Chile, Brasil, Argentina, Uruguay, Libia,
Afganistán, Irak, Siria, etc.,etc. Por su parte, nuestro Ecuador sufrió el
asalto más notable de la CIA el 11 de julio de 1963, con la instalación de la
Junta Militar que enseguida entregó nuestra Amazonía a la voracidad criminal de
la Texaco (ahora Chevron), seguido del magnicidio de Jaime Roldós Aguilera y ,
a no dudarlo, del brutal episodio del 30-S.
Actualmente,
hay una controversia pública de fuerte trascendencia, originada en el supuesto
oficial de que el centro periodístico organizado en Panamá por Martha Roldós,
estaría financiado por una fundación norteamericana vinculada a la CIA.
Particularmente, desconocemos los detalles de este maloliente cocinado, pero en
cambio conocemos perfectamente cuanto hizo la CIA en el pasado para infiltrarse
en los medios periodísticos del Ecuador y crear publicaciones y mecanismos de
prensa y propaganda que le permitieran formar un marco de terror y
desinformación conectado con la política norteamericana, entonces enfilada
contra la Revolución Cubana.
Basta leer el Diario de la CIA del norteamericano
Philip Agee para saberlo. Así nos enteramos que la CIA financió el periódico
Voz Universitaria, montó toda una imprenta a cargo de agentes suyos –los
hermanos Rivadeneira-, reclutó para sus fines a destacados periodistas como
Gustavo Salgado, editorialista de El Comercio, y obtuvo otros logros más. Al
momento actual, ¿cómo no va a estar interesada en disponer de medios y de
comunicadores que le sirvan al imperio, cuando este gobierno suprimió la Base
de Manta, expulsó a una embajadora metiche y a otros funcionarios de la
Embajada, lleva adelante la campaña “La mano sucia de Chevron” y comete otros
delitos de lesa majestad contra los dueños del mundo? Esto sin contar con que
Washington ubica al Ecuador entre las naciones que configuran
el llamado Eje del Mal, con Bolivia, Venezuela, Nicaragua, Irán y tantos más.
Por eso decimos: cuando el río suena…CIA trae.
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P.D. Le
invito a que escriba su comentario en el recuadro de abajo, no importa si está
a favor o en contra. Ejerza su derecho a decir lo que piensa.
C. M.
Luis Fernando Carvajal Herrera.
Atte.
Twitter: @lufecahe
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