“Ahora inauguramos un palacio de justicia, pero lo que hace falta en el Ecuador es inaugurar la justicia”. Esta frase lapidaria fue pronunciada por el Presidente Jaime Roldós Aguilera a poco de iniciado su gobierno el 10 de Agosto de 1979. Menos de dos años después, el 24 de Mayo de 1981, Roldós fue asesinado en una tenebrosa conspiración internacional, en que murió también su esposa, Martha Bucaram Ortiz, el General Marco Aurelio Subía, Ministro de Defensa, la esposa de él, y los cinco tripulantes de la aeronave. Treinta y dos años después, la justicia no ha caído sobre el monstruoso crimen. En tanto varios de los malhechores han muerto o se han esfumado. Recién ahora comienza, tímidamente, una nueva investigación.
Es
que siempre fue así. El 25 de Enero de 1912, en Guayaquil, la soldadesca de
Leonidas Plaza Gutiérrez, asesinó al bravo general de montoneras Pedro J. Montero, mientras la turba fanática y embrutecida paseaba su cabeza en una pica
y jugaba con sus genitales mutilados, para que tres días después, en Quito se
produjera el arrastre de los Alfaro y se encendiera la Hoguera Bárbara que
hasta hoy alumbra, con fulgor siniestro, los caminos de la patria, sin que 101
años después brillara la justicia.
Por
estos y mil antecedentes similares más, la causa abierta el 1 de octubre en la
Corte Nacional de Justicia contra un grupo de represores policiales y
militares, autores de torturas y otros crímenes bajo el gobierno de León Febres Cordero, en base a una minuciosa y bien fundamentada acusación del Fiscal
General del Estado, doctor Galo Chiriboga, despierta la esperanza en la justicia.
El
juicio penal, en este caso, se dirige a juzgar y castigar, siquiera
parcialmente, los delitos de lesa humanidad que hicieron víctimas a militantes y supuestos militantes del movimiento Alfaro Vive Carajo (AVC), quedando por
ventilarse y sancionarse muchos delitos más. Por otro lado, en el mismo período
nefasto de la vida nacional, se dieron números otros hechos criminales que
conmovieron y laceraron a la sociedad ecuatoriana, como fue el caso del
centenar de jóvenes mujeres secuestradas, violadas y asesinadas por un poderoso
grupo de malvados a quienes se encubrió con la novela policial de Daniel Camargo Barbosa, luego asesinado en prisión porque sabía demasiado, y asesinado
por un sicario que a su turno fue luego también asesinado, muriendo todo allí
porque no hubo ni fiscales ni jueces que tuvieran el coraje y la dignidad de
esclarecer estos hechos infernales.
¿Y
qué decir del caso de los Hermanos Restrepo? Este constituye una enciclopedia
del terrorismo de Estado y del crimen policial; la danza macabra del
autoritarismo del poder, de la hipocresía oficial, de la burla sangrienta de la
justicia, del escarnio a la inteligencia de todo un pueblo mediante versiones
que son caras hasta para la mente de un idiota. Todo bajo el signo de Febres
Cordero, cuyo monumento acabará en un basurero, pese a los empeños de Monseñor Arregui por rescatarlo en nombre del Opus Dei y de la oligarquía del Puerto.
El
inicio del juicio aludido, es pues alentador, pero sólo será llevado a feliz
término si la comunidad ecuatoriana ejerce su vigilancia, su decisión y su
fuerza, consciente de que, a fin de que fracase y triunfe una vez más la
impunidad, se ejercerán poderes habituales y poderes ocultos, sin omitir los de la CIA, ya que la represión
ejercida contra el AVC se produjo en plena Operación Cóndor, plan fascista
internacional cuyas figuras emblemáticas fueron Pinochet y Videla. Por fortuna,
la hora del Ecuador permite fortalecer la moral y los ánimos, y todos sabemos,
con fiscales y jueces a la cabeza, que si hoy no cumplimos con nuestro deber,
mañana las nuevas generaciones, avergonzadas por el ejemplo nefasto de sus
mayores, escupirán sobre nuestras tumbas.
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P.D. Le invito a que
escriba su comentario en el recuadro de abajo, no importa si está a favor o en
contra. Ejerza su derecho a decir lo que piensa.
C. M. Luis
Fernando Carvajal Herrera.
Atte.
Twitter: @lufecahe
Saludos, me llamo Pablo Correa y soy apartidista
ResponderEliminarLa legalidad está quedando demasiado limitada frente a las necesidades morales que se presentan como en este caso en donde se intenta cubrir como un acto de justicia, una venganza tardía por medio de procesos jurídicos. No es mi intención desconocer los abusos que recibieron los luchadores del AVC, sin embargo y a mi parecer, las luchas que van por el lado de las armas, pierden toda la calidad moral, frente a mis convicciones (y eso que admiro mucho sus ideales).
No lo sé pero parece que ayer fue culpable el que hoy es héroe y el mismo que mañana será de nuevo culpable.
¿Justicia o venganza?
Gracias Jaime Galarza por poner los hechos históricos tan contextualizados, es que sencillamente el proceder de la justicia no ha sico al azar, toda esta serie de hechos son parte de una lógica de sometimiento, en donde la alevosía se creyó con razones.
ResponderEliminarEstimado Doctor Jaime y amigos de La Cometa, saludos desde Santa Elena, algunos de esos crímenes fueron ordenados desde Norte América, solo recordemos lo que dijo un fallecido presidente norteamericano a mediados de los ochenta: "No permitiremos que surjan estos movimientos en América Latina y los reduciremos a su mínima expresión" A esa Asamblea General acudió el entonces Presidente de Ecuador, Ing. Leon Febres Cordero, ya extinto. Recordemos que Reagan se refería a los movimientos de izquierda y la mínima expresión es cero, ¿lo consiguieron? Por supuesto no y no lo conseguirán...
ResponderEliminarCompañero Jaime, mis felicitaciones por analizar estos trágicos hechos y dejar en evidencia que todos fueron perpetrados bajo un fin común. ¿Cuál? En nombre de la Ley y el orden, asegurar la vigencia del poder imperial dominante y el de sus aliados la oligarquía criolla, cuando igual que cualquier gobierno sátrapa del mundo, con Febres Cordero en el gobierno teníamos por práctica política la soberbia, el autoritarismo, la ignorancia política, la brutalidad, el atropello, el total irrespeto a los derechos y a la vida misma del ser humano.
ResponderEliminarLas reacciones no se hicieron esperar desde todos los confines de la patria, al cerrarse todas las posibilidades de diálogo, de expresión popular o de protesta social exigiendo correcciones. Las acciones de los activistas de AVC les cayeron como “anillo al dedo” a los militares y los chapas con mente gorilesca para saciar sus voraces apetitos diabólicos, mientras que al gobierno de Febrescordero “buen muchacho” del imperio les dieron la oportunidad para justificar sus abusos y trapacías y para que los gringos le envían dinero supuestamente para combatir a un enemigo muy peligroso que jamás existió.
La actual condena a los gorilas represores es un acto que invita a esclarecer lo tenebroso, no debelado, de las páginas negras de la historia ecuatoriana.
La mano de la CIA en medios de comunicacioin para desestabilizar gobiernos.Infiltrados a través de ONGs Gringas en Ministerios del nivel madio para abajo trabajan hoy en contra del Gobierno. Adelante revolucionarios verdaderos.Que no quede en la impunidad crímene
ResponderEliminarDavid