El dicho es antiguo y propio de la
sabiduría popular: "más vale tarde que nunca". Ahora cabe aplicarlo a la anunciada disposición de la
Fiscalía General para reabrir la investigación sobre la muerte del Presidente Jaime Roldós Aguilera, su esposa Marta Bucaram Ortiz y los miembros de la
comitiva y tripulantes del fatídico avión despedazado en el aire (pues no hubo
estrellamiento alguno), el 24 de Mayo de 1981. Esta versión la sostuvimos
no ahora sino hace 31 años, en el primer aniversario del siniestro. Y no lo
dijimos en voz baja sino en el libro "Quienes mataron a Roldós",
lanzado abiertamente al público y prácticamente prohibido de circular por el
gobierno derechista de Osvaldo Hurtado Larrea, heredero entonces del Palacio de
Carondelet.
La investigación que se efectúe 33 años
después del magnicidio se topará con muchas dificultades, tantas o más de las
que enfrentaron las tres comisiones parlamentarias que a lo largo de varios
años recibieron montones de documentos y testimonios pero no llegaron a
conclusión definitiva alguna. En el ínterin, muchos actores, testigos y pistas
han desparecido, lo que convierte la nueva fiscalización en una enorme cuesta
arriba.
A favor, sin embargo, hay una circunstancia
salvadora: el cambio de época propiciado y liderado por el Presidente Rafael Correa, quien, además, sufrió la macabra suerte del intento de su propio
magnicidio el 30 de Septiembre de 2010. Además, los poderes implicados en el
asesinato del Presidente Roldós están ahora disminuidos en nuestra patria, como
es el caso de la derecha criolla, la CIA y su legión de testaferros.
Por otra parte, la masiva recordación de
la "Hoguera Bárbara" que tuvo lugar el año pasado, en el primer
centenario del holocausto de Eloy Alfaro y sus tenientes, sensibilizó a todo el
pueblo , y particularmente a la joven generación, respecto de que nunca más
debe permitirse la impunidad del crimen político en el Ecuador. Porque en este
caso la sangre de las victimas nos desangra y avergüenza a todos.
La causa debe ser reabierta pero debe
marchar con celeridad y paso firme, por encima de todo tipo de temores y
compromisos. Ni los responsables del Ecuador de hoy ni la ciudadanía tenemos el
menor derecho a dejar a nuestros hijos y nietos la carga de crímenes
monstruosos que no supimos descubrir ni castigar a tiempo.
Si en la actual coyuntura, favorable a
la reapertura de la investigación, militares, civiles o familiares de las
víctimas del caso, omiten su contribución al esclarecimiento definitivo y
consiguientes sanciones, los hombres y mujeres honrados de este país deberán
recoger los nombres de estos antipatriotas, elaborar con ellos una Placa de la
Infamia y colocarla en la Plaza de la Independencia, al pié de la Estatua de laLibertad, erigida por mandato del Presidente Eloy Alfaro.
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P.D.
Le
invito a que escriba su comentario en el recuadro de abajo, no importa si está
a favor o en contra. Ejerza su derecho a decir lo que piensa.
C. M.
Luis Fernando Carvajal Herrera.
Atte.
Mi atento saludo Dr. Jaime Galarza, comparto que se inicie una nueva investigación acerca de la muerte del Presidente Jaime Roldós; hoy contamos con tecnología muy avanzada a pesar del tiempo que haya transcurrido. Y los resultados de dicha investigación permitirá mirar frente a frente a nuestros jóvenes que estarán pendientes de dichos resultados.
ResponderEliminarNo es más que otra cantaleta para entretenernos mientras toneladas de olvido cubren otros casos que más vale no recordarlos. Marco Jiménez
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