El
coronel Lucio Gutiérrez, profeta del 30 de Septiembre, acaba de inventar el
agua tibia. En la entrevista que le hiciera ayer Radio Democracia, lanzó
una extraordinaria sentencia: “O nos
unimos o nos hundimos”, en referencia a las elecciones presidenciales de
febrero próximo, dominadas desde ya por el fantasma de Rafael Correa. Similar consigna fue la de Henrique Capriles en las recientes elecciones de Venezuela,
donde una multitud de partidos, grupos y grupúsculos se unió para derrotar a
Hugo Chávez, líder de la Revolución Bolivariana, que se impuso al mencionado
candidato del gran capital con una ventaja de millón y medio de votos. El
coronel, siempre en la línea de la oposición venezolana, postula que es
necesario ir a unas “primarias” en las que todos los opositores del Presidente
Correa escojan un solo candidato, de acuerdo a su sabia y reiterada visión de
unirse o hundirse en las aguas revueltas del proceso electoral. Pero claro, unos son los buenos deseos y otras
las malignas realidades. En Venezuela, a la ultraderecha y sus socios les falló todo un golpe de Estado, cuando ya se habían tomado el Palacio de Miraflores.
Les falló porque los golpistas se habían acordado de todo, incluso de pedir por
anticipado la bendición del Tío Sam, pero se habían olvidado de un pequeño
detalle: que el pueblo de Venezuela existe, es tercamente bolivariano y ha
emprendido un camino sin retorno hacia
su propio socialismo. Aquí también les falló el golpe, pero la intentona local
fue más bien una tragicomedia, con numerosos muertos y con un tren de vivos.
¿Elecciones primarias en el Ecuador? ¿Y
dónde queda el coronel Gutiérrez? ¿Y Álvaro Noboa? ¿Y Guillermo Lasso? ¿Y
Abdalá Bucaram? ¿Y Alberto Acosta? ¿Y
tantos otros presidenciables? Claro, el autor de la propuesta relata que ha dado pasos ya o los está dando para conseguir la bendita unidad, esa fanesca
política donde él ejercería de gran cheff. Para esto, según anuncia, tiene
contactos con varios de los prenombrados, a los que cubre de elogios y los
presenta como paladines de la democracia. Naturalmente, si se los toma por las
costuras ideológicas, no hay mayor problema. Todos caben en la misma camioneta de la oposición a ultranza; el problema está en las ambiciones e intereses
particulares y de grupo, dentro de lo cual cuenta igualmente el ego de pavo
real que ostenta más de uno. Por plata no hay problema: prófugos y náufragos de
la política ecuatoriana, cuentan con las fortunas que paga el pueblo, ya en la
banca, ya en los grandes medios, ya en las industrias que florecen gracias a la
explotación de los obreros y a la evasión de impuestos. O gracias a los
añorados manejos del petróleo y de la deuda externa. Lo que les falta es pueblo
para llevar adelante el sueño de tener aquí otro Capriles.
E-mail: jaigal34@yahoo.es Twitter: @jaigal34
E-mail: jaigal34@yahoo.es Twitter: @jaigal34
Que bien que conoce a esta gavilla de truanes que pretenden eliminar a Rafael Correa, para ellos regresarnos al País de antes.
ResponderEliminarCualquier parecido con la realidad no es màs que una mera coincidencia. En la fanesca nacional de Semana Santa se entremezclan alrededor de 30 elementos. A la que propone Gutièrrez le faltan los Carrasco, Tibàn, Larrea, Escala, Quizhpe y otros, todos agrupados tras la candidatura de Acosta, la cara visible y respetable de la "izquierda unida", a quien le mandan al sacrificio de enfrentar a Correa, a sabiendas de sus limitaciones electorales, porque su real intenciòn es librarse de èl y, en la pròxima contienda, pelearse a dentelladas la postulaciòn.
ResponderEliminarAdelante Jaime, hay que mantener lúcida la memoria colectiva.
Jaime me da mucha pena que un intelectual como usted meta en el mismo saco a todos, si es verdad que existen individuos dañinos entre los nombres que menciona, pero no todos están alineados con esas ideas de derecha conservadora.
ResponderEliminarAdemás Correa también tiene muchos aspectos en los que ha demostrado no ser precisamente de izquierda, sino más bien un sirviente de varios grupos de poder económico de este país.
Jaime me parece que este mensaje es la pura realidad de como anteriormente todos estos políticos caretucos hacían un festín nuestros recursos, ya basta de los mismos de siempre prohibido olvidar?.
ResponderEliminarAnónimo
Muy bien Jaime la publicación, es cierto, así de a luz la partidocracia un "Capriles" en Ecuador, de nada servirá porque la fuerza arrolladora de todo un pueblo está con la propuesta del actual gobierno, que cada día se inscribe en la historia por la gestíon que realiza a favor de las mayorías.
ResponderEliminarCreo que es hora de sepultar de una vez y para siempre a todos esos grupos de seudopoliticos, responsables por décadas de la miseria, y abandono a la que sometieron a las grandes masas populares. Y apoyar abiertamente el proyecto político liderado por Rafael Correa que se traduce en una transformasion sin precedentes en todos los ordenes de actividad económica, social y política de todos los ecuatorianos. Y cuya gigantesca obra publica esta presente en todos los rincones de nuestra patria.
ResponderEliminarLamentable que luego de haber perdido las elecciones en la Casa de la Cultura y de haberse paseado en los Estados Unidos. Trate de adular al Presidente y convertirse en un bombero de la revolución: Esto no es vivir de un libro. y no haber hecho nada por organizar al pueblo y dejar que reciba mijajas, porque desde la Casa de la Cultura no construyo esa patria libre, que se pueda hablar sin miedo, de formar artistas independientes. Fue un error que la historia no perdonara.
ResponderEliminarEs necesario ponerse al frente para salvar al país de las garras de la revolución ciudadana, y de el grupo de nuevos ricos que buscan gente a su servicio.
Creo que esta es la forma más vil de terminar una vida, demos clases de patriotismo seamos independiente y no al servicio de el poder ni de los reformistas corruptos.
Me parece muy bueno tu artículo, querido Jaime. Esa fanesca de candidaturas resultará intoxicante para el pueblo ecuatoriano que sabrá elegir a quien lo ha tratado con dignidad, a quien le está abriendo un futuro lleno de esperanza en que el Ecuador puede llegar a ser un país en donde la gente acceda a un trabajo bien remunerado, a una educación de buena calidad, a una vida digna. El que no quiera verlo, es porque tiene intereses oscuros y alineados con los amos del mundo.
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