Nela
Martínez Espinosa
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Con este motivo, semblanzas suyas, anecdotarios, poemas y escritos
varios son traídos a la memoria. Todo lo cual es pertinente, solo que hay un
riesgo en medio de los justos homenajes, y es el que se da con frecuencia con
las grandes figuras desaparecidas, momificarlas y convertirlas en materia de
rituales, lejos de la vida misma.
En este caso también existe tal peligro;
basta ver cómo ciertos grandes medios, que en vida de Nela nunca acogieron sus
denuncias ni sus proclamas, hoy se muestran reverentes y se inclinan ante su
nombre, seguros de que las diversas herramientas y las decididas armas que ella
manejó para afianzar la construcción de un país diferente, hoy se encaminan al
museo.
Por fortuna, Nela no se dejará encerrar en un sarcófago, por glorioso
que sea. Su luz no es fuego fatuo sino llama permanente.
Por
otro lado, en medio de la glorificación, tan merecida, es necesario recuperar
el verdadero sentido vital de la esclarecida combatiente, y quizá por ello haya
que definirla como contestaría, por encima de otros calificativos.
Y es que Nela
fue contestaría a tiempo completo. Lo fue ya en su niñez y adolescencia, cuando
inició la ruptura con el pasado oscurantista sin acogerse a las prácticas y
prejuicios del medio conservador, clerical y gamonalicio en que hubo de nacer.
Luego fue contestaría al asumir los ideales de la izquierda marxista y al
ingresar al Partido Comunista del Ecuador. Fue contestaría frente al poder en
su incesante actividad contra la tiranía de Arroyo del Río y en pro de la
fallida Revolución del 28 de Mayo de 1944. Fue contestaría en su lucha contra
el nazifascismo durante la Segunda Guerra Mundial.
Fue contestaría en su apoyo a los procesos revolucionarios e insurgentes de América Latina, con Cuba a la cabeza. Fue contestaría, incluso, frente a las desviaciones parlamentaristas y derechizantes de su propio Partido.
Fue contestaría en su apoyo a los procesos revolucionarios e insurgentes de América Latina, con Cuba a la cabeza. Fue contestaría, incluso, frente a las desviaciones parlamentaristas y derechizantes de su propio Partido.
Por
eso ahora, a los cien años de su nacimiento, no podemos desearle – porque Nela
lo rechazaría- paz en su tumba.
P.D. Le
invito a que escriba su comentario en el recuadro de abajo, no importa si esta
a favor o en contra. Ejerza su derecho a decir lo que piensa.
Gracias por al aporte, qué podemos decir . . . . solo que no se olviden de seguir compartiendo vida, mientras nos quede . . . .
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