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miércoles, 4 de enero de 2017

BAILE DE DISFRACES


El Día de Inocentes, que en el Ecuador forma parte del folclore, tiene lugar cada 28 de diciembre y se lleva a cabo con disfraces y bailes que hacen la delicia del público; esta vez, sin embargo, el Día de Inocentes habrá de celebrarse exactamente hasta el 19 de febrero, fecha de nuestras elecciones presidenciales y parlamentarias. Hasta entonces tendremos danzas y máscaras en profusión incontrolable, para reír a mandíbula batiente o también para llorar a mares, según el ánimo del pueblo, que es el único inocente verdadero, e inocente por partida doble: porque cree que la fiesta va en serio o porque se da cuenta perfectamente que los actores y actrices de la farsa le  quieren aplicar el pendejómetro sin compasión alguna.

Helos ahí danzando alegremente moralistas con rabo de paja, discurseadores con nariz más larga que la de Pinocho, corruptos de ayer con escoba en mano para barrer el patio de la gestión pública, represores de levantamientos indígenas bailando cachullapis con emblemáticas cacicas, autores de feriados bancarios mostrándose como defensores del bolsillo de los pobres, destructores de manglares y  de bosques convertidos en paladines ecológicos, traficantes de la justicia enmascarados tras los derechos humanos; en fin, demagogos de toda laya imitando a Febres Cordero para ofrecer lo mismo que el ‘llorón de Taura’: ‘ Pan, techo y empleo”.

¿Los nombres de estos comediantes y payasos de circo barato? Póngalos usted, estimable ciudadano, si le acompaña algo de memoria  y no sufre de ese mal ecuatoriano que es la amnesia colectiva.  Sería una valiosísima contribución a la verdad y la sanidad política que usted le recordara a la juventud de hoy todo lo nefasto que fueron para el país y la sociedad, en general,  los gobiernos que manejaron el poder desde la caída del tibio régimen nacionalista del general Rodríguez Lara hasta el año 2006, quizá con la única excepción de la presidencia de Jaime Roldós Aguilera, el joven mandatario asesinado en la siniestra conjura de la CIA, la derecha nacional e internacional, y ciertos mandos militares domesticados por amos extranjeros.

Si la ciudadanía ecuatoriana hiciera el recuento mental de esta turbia historia de más de tres décadas,  no habría tantos indecisos para las elecciones de febrero y ni un solo voto recibirían los autores de este prolongado Día de los Inocentes, este gigantesco baile de máscaras, animado y aplaudido por los grandes medios privados y las redes sociales manejadas desde las sombras por intereses poderosos, en que brilla el oro del soborno imperial y el manejo impune de los paraísos fiscales.

Lo dicho aquí no significa  tratar de ocultar los aspectos negativos o censurables del gobierno de la Revolución Ciudadana, pero hay que poner las cosas en su sitio: la corrupción en el manejo del petróleo ecuatoriano viene desde siempre, y en cuanto a los sobornos de la Odebrecht sería una obra de grande beneficio nacional que el Departamento de Justicia de los Estados Unidos diera los nombres de los corruptos sobornados en el período 2007/20l6 dirigido por el presidente Rafael Correa, pero también de aquellos sobornados desde que la Odebrecht se instaló  aquí bajo el gobierno  socialcristiano.

E-mail: jaigal34@yahoo.es          Twitter: @jaigal34
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P.D. Le invito a que escriba su comentario en el recuadro de abajo, no importa si está a favor o en contra. Ejerza su derecho a decir lo que piensa.
C. M. Luis Fernando Carvajal Herrera.
Atte.

Twitter: @lufecahe 

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