El
panamericanismo fue una doctrina y un mecanismo creado por iniciativa de
Washington como medio para sujetar las riendas de los Estados del continente a
los intereses del imperialismo norteamericano. Se ejercitaba principalmente a través de
conferencias interamericanas, que se reunían cada vez que los gobiernos yanquis
requerían aparentar una voluntad libre y democrática de dichos Estados. Cada
una de ellas significaba un nuevo paso en la eterna agresión de Estados Unidos
a nuestros pueblos, verbigracia, la Conferencia Panamericana reunida en enero de 1942 en Río de Janeiro. Para
entonces, la República del Ecuador llevaba seis meses de sufrir el sangriento
asalto del militarismo peruano, La provincia de El Oro gemía bajo la bota del
ocupante extranjero. Poblaciones suyas como Machala, Santa Rosa, Arenillas,
Huaquillas, Pasaje y muchas más fueron bombardeadas y saqueadas, mientras los
habitantes, cargando con niños, ancianos y enfermos huían por las montañas y la
selva tropical a buscar refugio en otros lares. Durante seis meses en que
chorreaba la sangre de este país latinoamericano invadido, ni Washington ni el
panamericanismo movieron un dedo para detener la agresión peruana.
Pero
en diciembre del 41 el Japón atacó la posesión yanqui de Pearl Harbor en el
Pacífico. Enseguida fue convocada la Conferencia de Río para tratar y acordar
un solo punto: solidaridad continental con los Estados Unidos. Solo entonces,
al último, ante el pedido lloriqueante, que no digno, de la delegación
ecuatoriana, como molesto asunto de menor cuantía, se trató el tema creado por
la agresión peruana. Y ocurrió lo que era previsible: se ordenó que el Ecuador
aceptara las exigencias peruanas que consistían básicamente en llevarse la
mitad de nuestra Amazonía y despojarnos de la salida al gran río, la cual
siempre la habíamos tenido. El canciller ecuatoriano, Julio Tobar Donoso,
oligarca y conservador, en vez de cortarse la mano para no suscribirlo, firmó
el infame Protocolo de Río de Janeiro, conforme instrucciones del Presidente
Carlos Alberto Arroyo del Río, oligarca y liberal, que más que presidente se
había constituido en dictador gracias a
las “facultades omnímodas” concedidas por un Congreso Nacional integrado
por una mayoría de esbirros.
El
clamor del pueblo fue estruendoso. Los estudiantes, que pedían armas para
defender la patria, fueron encarcelados y torturados. Mientras las multitudes
bramaban contra el Protocolo- burlescamente llamado “de paz, amistad y
límites”-, el Presidente de Estados Unidos, Franklin D.Roosevelt, recibía en
triunfo al dictador Arroyo, quien fue agasajado espectacularmente por Nelson Rockefeller, el amo de la Standard Oil de Nueva Jersey, el monopolio petrolero
más grande del mundo, que se hallaba detrás de la agresión peruana en el afán
de consolidar su imperio con la concesión del oriente ecuatoriano, donde se
había asentado su gran rival, la Shell angloholandesa .( La todopoderosa Standard,
bajo el disfraz de International Petroleum Company, IPC, era dueña del petróleo
peruano desde comienzos del siglo veinte). En medio de los múltiples honores
prodigados al dictador Arroyo, bendecido ostentosamente por el Cardenal
Spellman, se le declaró APOSTOL DEL PANAMERICANISMO.
Esta es apenas una muestra de la acción del
panamericanismo, padre de la OEA, contra la República del Ecuador. Ya nos
ocuparemos de otros capítulos de esta nefasta historia. porque hay varios más
en que brilla la luz mortecina de la OEA, a pesar de los cantos de amor que le
dedican los ecuagringos, esa especie de sujetos que de ecuatorianos sólo tienen
la cédula de identidad, pues su corazón y su mente están siempre agarrados al
dólar y al “sueño americano”.
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P.D. Le invito a que
escriba su comentario en el recuadro de abajo, no importa si está a favor o en
contra. Ejerza su derecho a decir lo que piensa.
C. M. Luis
Fernando Carvajal Herrera.
Atte.
Jaime como siempre, y como lo he conocido durante mivida, que no es tan corta y casi tan larga como la de Jaime, es un Patriota que ha pasado desde jugarse la vida por sus ideas, soniar y hacernos soniar en un pais mas justo, que ni las mazmorras ni la calunia han doblegado, su pesia, sus articulos de prensa, sus libros han sido un gran aliento para no desmayar y seguir cretyendo en la revolucion como camino para el Ecuador. Salud hermano y camarada Jaime Galarza Zabala.
ResponderEliminarLeonardo Paredes Martinez
Efectivamente, da dolor e indignación recordar la invasión desvergonzada ejecutada por la milicia peruana a órdenes y en salvaguarda de los intereses
ResponderEliminargringos en el 41, pues era la única manera de que gringolandia se adueñe de
los pozos petroleros ecuatorianos que por entonces estaban siendo explotados
por la compañía inglesa Shell... Entonces no existió la OEA, ni el panamericanismo... Todo es puro cuento de los serviles al imperio y a sus propios
intereses. Saludos Jaime.
Gracias por compartirme este artículo que nos hace recordar la dolorosa historia de nuestro país que ahora empieza a ver un nuevo camino de liberación. A algunos nos parece oportuno que se reedite el libro de Philip Agee ex agente de la CIA, Objetivo Ecuador. Ayudaría a las actuales generaciones a comprender mejor la historia. Adelante con este blogg que es la nueva manera de iluminar de Jaime Galarza.
ResponderEliminarNelly Arrobo Rodas
Necesitamos solo unos cuantos jaimes de esta categoria de conciencia para revivir el espiritu ecuatoriano de lucha por los intereses nacionales y convicciones adeheridas a lo nuestro...educación es lo que menos quieren nuestros mandamases para el pueblo sediento de la verdad y no demagogias esteriles para las mayorias.
ResponderEliminarConsidero genial a este artículo de Jaime, porque él conoce el tema por ser un estudioso de la historia rapaz de los consorcios petroleros, mineros y más corporaciones monstruosas especializadas en el saqueo, el sometimiento a nuestros pueblos e incluso en la perpetración de los crímenes más horrendos contra los patriotas que se han opuestos a sus latrocinios.
ResponderEliminarComo has mencionado lo traumático de la invasión peruana de 1941, aprovecho la oportunidad para recordar que en otras provincias del país se habla de la invasión peruana como algo condenable, pero para los hijos de la provincia orense que sufrieron en carne propia la terrible agresión, en sus mentes es imborrable el incendio de sus casas, el saqueo de sus bienes, las violaciones a las mujeres y hasta asesinatos en grupo a nuestros pobladores por parte de la soldadesca invasora y de pillos y salteadores locales que se aprovechaban del caos imperante en nuestra provincia, ante el desbande de nuestros soldados y la huida de las autoridades por la traición de un sátrapa como lo fue Carlos Alberto Arroyo del Diablo y no Del Río .
En cuanto al panamericanismo gringo muy acertado lo dicho por Jaime, porque su consigna siempre ha sido y seguirá siendo “América para los norteamericanos”.
eS imprescindible recuperar esta memoria q ya se puede perder, no para llorar sobrelas tumbas, sno para dignifica los momentos gloriosos de lapatria y sus ciudadanos q ofrendaron su vida en trincheras, barricadas y espacios pùblicos, exigiendo dignidad frente a esta agresiòn. Gracias jaime por estos capìtulos q se nos quiene olvidar
ResponderEliminarmuy buen artículo gracias por hacernos conocer nuestra realidad, siga adelante hable por los que callamos
ResponderEliminarToda esta ignominia se esta acabando, cuidemos el proceso de integracion latinoamericano, luchemos por crear la patria grande
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