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viernes, 18 de mayo de 2012

UN ALMUERZO SINGULAR


A comienzos de esta semana, el lunes 14 de mayo, tuvo lugar un singular evento en el Palacio de Carondelet: el almuerzo brindado por el Presidente Rafael Correa en honor de quienes a lo largo de tres décadas han recibido el Premio Eugenio Espejo, el más alto galardón cultural que se dispensa  en el Ecuador por parte del Estado a través de los gobiernos de turno. Una nómina que bordea el número de 60 personajes, la mitad de los cuales acudió a la invitación, dándose excusas por razones de salud u otros contratiempos. Una ocasión de encuentro o reencuentro entre hombres y mujeres que se han destacado por sus aportes al arte, la literatura y la ciencia a lo largo de sus existencias, por lo que han sido objeto de la mencionada distinción, que el Estado la acompaña de una pensión vitalicia.
Fue motivo de singular emoción ver a la extraordinaria escultora guayaquileña Yela Lofredo acudir a la cita sobre su silla de ruedas. ¿Cuál es el motivo real de la invitación? se preguntaban varios, mientras algunos esperaban que fuera una cita “seria” para tratar acerca de los altos destinos de la cultura nacional; como quien dice un bla bla bla de altura. Nada de eso. Un breve discurso del Presidente exaltando la labor de toda una vida de sus invitados y ratificando el mantenimiento del Premio en lo posterior, contra la versión malévola o antojadiza de que el gobierno lo iba a suprimir. Eso sí, se indicó que el Premio se adjudicará cada dos años, como en las dos primeras décadas,  en vez de hacerlo anualmente. El resto, un almuerzo más bien frugal , una copa de vino, música, canciones y bailes espontáneos con un elenco improvisado en que se destacó la menuda figura de Petita Palma, esmeraldeña, antigua creadora del grupo folklórico Tierra Caliente, dúos y tríos improvisados en los que se destacó Rafael Correa, al que sus amigos le han puesto el apodo de MP3 porque –dicen y así se ve- “  se sabe todas las canciones”.
 Una nota digna de apreciarse fue que la absoluta mayoría de los galardonados son miembros de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, entre los que cabe nombrar a la escritora Alicia Yánez, al Maestro Edgar Palacios, al poeta Julio Pazos, al poeta Eduardo Jaramillo, al artista Estuardo Maldonado, al Dr. Rodrigo Fierro, al historiador Jorge Núñez, al Dr. Luis Enrique Fierro, Presidente del Núcleo de Carchi de la Casa de la Cultura.
Como resultado benéfico del singular almuerzo está, sin duda, el acercamiento del Presidente a este grupo de importantes actores y gestores de la cultura, el estrechamiento de lazos entre ellos, y un acuerdo conversado entre algúnos: crear una asociación de los “Premios Espejo” para brindar gratuitamente el aporte de sus conocimientos y experiencias a la juventud, propuesta a la que Rafael Correa respondió: -Una excelente iniciativa. Cuenten con mi apoyo.

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