En las últimas semanas se han desarrollado varios actos en distintas
provincias para presentar la obra “Bases militares norteamericanas en el mundo. Capítulo especial Ecuador”, obra publicada por el Ministerio de Relaciones
Exteriores y Movilidad Humana, destinada a una distribución masiva y gratuita
dentro del país y del exterior. Los actos de concurrencia más entusiasta y
caudalosa se registraron en Manta y antier, 20 de junio en Riobamba.
La tónica fundamental de esta saga patriótica ha sido una insólita
explosión de sentimientos de ecuatorianidad, que puso en su centro un amor
particular por Manta, asiento de la última base militar norteamericana, luego
de las existentes en décadas pasadas; Salinas, Galápagos, Archidona y una
especial, el Instituto Lingüístico de Verano situada en el Napo y que tuvo
características seudo culturales-evangélicas pero que cumplió un rol de
espionaje a favor de las petroleras yanquis y del militarismo norteamericano.
El recuento de lo hecho por los militares norteamericanos en la Base de
Manta durante los diez años que permanecieron allí , de 1999 a 2009, suscitó
verdadera indignación y condena a todos aquellos ecuatorianos, gobernantes o
líderes políticos y locales que auspiciaron la instalación de ese enclave
militar destinado a la guerra continental y mundial, que no a ninguna
persecución real del narcotráfico y del terrorismo, como se prometió, pretexto
para la entrega de nuestro territorio al Pentágono.
En ese recuente se hizo notorio el reclamo de los pescadores de manta
por el hundimiento y desaparición de naves de pescadores por parte de los
militares yanquis, con pretexto de buscar drogas o inmigrantes ilegales que
intentaban viajar a Estados Unidos. De allí vino la censura a quienes a título
de autoridades manabitas o líderes de esa provincia auspiciaron el enclave
colonialista mencionado, para hoy asomar como dinámicos defensores del
expresidente Rafael Correa, nunca lo apoyaron cuando el expulsó del país a la
Base Militar norteamericana, lo que de paso demuestra el descaro de los caciques
o pretendidos líderes regionales de nuestras patria, en este caso de Manabí.
Ahora, bajo el flamante gobierno de Lenin Moreno, los elementos pro
yanquis se frotan las manos, convencidos de que la apertura democrática del
diálogo puede permitirles afianzar sus posiciones favorables al imperio y, en
último término, abrirles las puertas para nuevas concesiones comerciales,
territoriales o petroleras. Sólo que están perfectamente equivocados en ello.
Los mencionados actos demuestran que Manta está en el corazón de los
ecuatorianos, y no puede ser de otra manera, cuando esta obra se abre
justamente con una cita del mensaje que el Viejo Luchador, nuestro Eloy Alfaro,
dirigiera en agosto de 1901, en el cual estampo esta vibrante sentencia: Ni una pulgada del suelo de la Patria puede cederse a nadie, sin hacerse reo deparricidio. Nada de vender el territorio; nada de mermar la sagrada herencia que nos legaron los libertadores.
Para finalizar, ¡seguiremos aportando, seguiremos escribiendo para
ustedes que constituyen desde siempre nuestra razón de lucha!
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P.D. Le invito a que escriba su comentario en el recuadro de abajo, no
importa si está a favor o en contra. Ejerza su derecho a decir lo que piensa.
C. M. Luis Fernando Carvajal Herrera.
Atte.
Twitter:
@lufecahe
Es digno de felicitar por todo el trabajo realizado para muchos lectores es algo novedoso al conocer que nuestro País estuvo en la ruina invadido con la base de manta y otras intervenciones de militares
ResponderEliminarEs triste leer estos comentarios, mientras estuvo la base de Manta los narcotraficantes se mantuvieron lejos de nuestro mar, y la droga jamás tuvo cabida en nuestro paìs en las descomunales cantidades que ahora "capturan" lo pongo entre comillas porque si están capturando 50 toneladas por un lado es para distraer la atención de las 500 que están pasando por otro. Se fue la base de Manta y como por arte de magia aparecieron submarinos llenos de droga, avionetas con millones de dòlares, cuando se convirtiò nuestro bello país en la bodega de grandes traficantes y hasta de carteles como el de sinaloa? Cuando en este paìs bendecido, nuestros jòvenes se perdieron en la droga como ahora? Cuando dejemos de pensar en nuestro propio beneficio y pensemos en los demàs, nuestra vida serà otra. Yo como ecuatoriana y que amo de verdad a mi Patria, si la reapertura de la Base de Manta, va a frenar el tràfico de droga por nuestro paìs, bienvenida sea, si con esto nuestras nuevas generaciones de jòvenes no van a conseguir tan fàcil la droga, bienvenida sea. Y claro lo que dijo Eloy Alfaro: "Ni una pulgada del suelo de la Patria puede cederse a nadie, sin hacerse reo de parricidio. Nada de vender el territorio; nada de mermar la sagrada herencia que nos legaron los libertadores". Y con el tràfico de drogas no solo les estamos cediendo nuestra tierra, sino nuestros hijos, nietos y todas las generaciones venideras a esta lacra de la humanidad que son los narcotraficantes.
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