Hace ya buen tiempo el asesino emblemático del fascismo,
el general Augusto Pinochet, se halla en los quintos infiernos luego
de torturar y matar a millares de chilenos y chilenas, tras el golpe de Estado
que llevó a la muerte al presidente Salvador Allende y a la tradicional
democracia del hermano país. Como todo el mundo sabe, el golpe del 11 de septiembre de 1973 fue preparado por generales amamantados por el Comando Sur
de Estados Unidos, bajo la sabia dirección de Henry Kissinger y mediante las
macabras maquinaciones de la CIA.
El objetivo del golpe fue múltiple: frustrar el histórico intento de
avanzar al socialismo por vía electoral, aterrorizar a los
movimientos revolucionarios del continente, liquidar a los militares patriotas
como René Schneider y Carlos Prats, e implantar un perfecto modelo neoliberal,
con la minería nacional, las empresas estatales, la educación, la salud
públicas y la seguridad social convertidas en suculentas tronchas para el
capital yanqui y los insaciables apetitos de la gran burguesía. Ese modelo,
envuelto en llanto y sangre, cobra sus facturas incluso el día de hoy, bajo las
bondades del gobierno de Michele Bachelet.
Pinochet tuvo muchos seguidores en nuestro medio, como aquellos
socialcristianos que decían “aquí hace falta un Pinochet” (Febres Cordero no
les era suficiente), y aquellos militares golpistas que tuvieron como
abanderado al general Raúl González Alvear, el famoso “Héroe de la Funeraria”,
que el 1 de septiembre de 1975 tomó por las armas el Palacio Nacional y lo
abandonó cobardemente, dejando una veintena de soldados muertos en su propia tropa, para correr a refugiarse en la embajada chilena, bajo el ala protectora
de Pinochet.
Pasados los años, el fantasma de Pinochet sale de ultratumba llamado por
actores iguales que los de entonces. Un puñado de generales y otros oficiales
que cree que el Ecuador de ahora es el mismo de las décadas pasadas, donde
reinaban Chevron-Texaco, los Isaías, las momias y los momios de la
partidocracia, alumbrados por el faro de Osvaldo Hurtado, que solo se oscurece
al recordar al presidente Roldós asesinado.
Un ingrediente nacional que alimenta a los pinochetistas locales es la
paranoia que les produce la figura del presidente Rafael Correa, a quien no
pudieron eliminarle el 30.S , y que resulta peligroso mantenerlo cuando el
tsunami neoliberal ha comenzado a barrer a los gobiernos progresistas y de
izquierda, conforme el plan yanqui de recuperar el “traspatio” que se les
escapaba poco a poco gracias a los infernales líderes encabezados por Hugo
Chávez, que le quitan el sueño al imperio de las mil invasiones y las mil
guerras que desata en todos los continentes.
A esto se agrega la seguridad que tienen los sectores de la restauración
neoliberal-conservadora que no podrán ganar las elecciones del 2017, pues a la
cabeza del nuevo proceso viene Lenin Moreno, con gran apoyo popular,
especialmente de las masas que confían en que la Revolución Ciudadana debe ser
sostenida, ampliada y profundizada, con la plena participación de todos los
excluidos, que aún suman mayorías en nuestro país.
De allí los ríos de inmundicia que corre por las redes sociales, el
descaro en la desinformación que practican los medios privados, los golpes a
las puertas de los cuarteles por parte de ciertos oficiales pasivos o activos,
que sueñan con Pinochet y quieren entregarles a los yanquis nuevamente
estratégicas bases militares para su dominio mundial, como fue la de Manta.
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P.D. Le invito
a que escriba su comentario en el recuadro de abajo, no importa si está a favor
o en contra. Ejerza su derecho a decir lo que piensa.
C. M.
Luis Fernando Carvajal Herrera.
Atte.
Twitter: @lufecahe
Concuerdo con lo que ud. Señala.. no he sabido de los 20 muertos del general que menciona y seria bueno saber si este fue juzgado... Saludos
ResponderEliminarNo ha sido juzgado igual que jamás fueron juzgados Fidel Castro y el Che Guevara por las miles de muertes que causaron durante la famosa revolución cubana y su instauración.
EliminarAplausos compañero Jaime: tus palabras siempre seràn una guìa para seguir el proceso que està cambiando el paìs...Un abrazo
ResponderEliminarMuy oportuno Don Jaime .Saludos
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