El Canciller de la
Dignidad y el Patriotismo, como fuera calificado en su momento José Peralta, el
ilustre actor e ideólogo de la Revolución Alfarista, escribió libros de
historia que son ejemplo de apego a la verdad y la justicia. Una de estas obras
se intitula ‘Eloy Alfaro y sus victimarios´¨, en la cual no deja hueso sano a
la felonía de Leonidas Plaza Gutiérrez, el emboscado autor del Arrastre de
Alfaro y sus tenientes en aquel fatídico 28 de Enero de 1912 cuando el maridaje
de liberales traidores y conservadores ultramontanos encendieron en El Ejido de
Quito la ´ Hoguera Bárbara´¨, motivo de vergüenza histórica para el pueblo
ecuatoriano.
Sobre este crimen
volvió a escribir una y otra vez José Peralta, y seguramente pensando en el
tenebroso asesino del Arrastre, poco después, desterrado en Lima por el mismo
Plaza Gutiérrez, dibujó entre sus ‘Escritos del Destierro’ esta lapidaria
estampa de Judas Iscariote:
“Allí donde hay un
felón, un malagradecido, un infame que vende al benefactor y a la patria, un
desleal que revela el secreto depositado en su pecho, un
miserable que muerde la mano que lo levantara del polvo, allí vemos
toda la asquerosa y detestada catadura de Judas”.
Sin ser el único
caso, la traición de Leonidas Plaza Gutiérrez resulta un modelo clásico de
villanía en nuestro medio ecuatoriano. Colocado por Alfaro al rango de los
grandes generales de la Revolución del 5 de Junio, encumbrado por él y por José
Peralta al solio presidencial en 1901, amarrado por matrimonio de conveniencia
a los terratenientes antialfaristas de Quito, reptando silenciosamente en
conventos y casas ricas, el hábil conspirador fue juntando amigos y
testaferros, engañando a ingenuos y honestos militares, utilizando a los
mercenarios de los medios privados, hasta armar la caída del Viejo Luchador y
sus compañeros de armas.
Ahora, cuando
tanto se habla de deslealtades y traiciones, la juventud debe repasar estas
crudas páginas de la historia, y desterrar lejos el ejemplo de Judas y las 30
monedas de la traición, que hoy se traducirían, cuando menos, en 30 millones de
dólares.
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importa si está a favor o en contra. Ejerza su derecho a decir lo que piensa.
C. M. Mg. Luis Fernando Carvajal Herrera.
Atte.
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Ya lo sabemos, y lo que debe suseder es que esta vez hay que atrapar al verdaero traidor , no de la revolucion ciudadana, pero si del pueblo, en aquel tiempo Leonidas Plaza Gutierrez, y en este tiempo solo cambia el nombre, pero la clase de traidor es igual y se llama Lenin Moreno con sus testaferros, en este tiempo el pueblo esta mas educado que en ese entonces y la justicia debe llegar , no pido que sea con una hoguera barbara como la que ellos usaron pero que sea una hoguera politica y que sea quemado con el fuego de la verdad, ya estamos mas civilizados y no se llegara a un magnicidio, lo que se lo merece, pero no llenaremos mas nuestra historia con actos como aquellos, pero si debe ir a la carcel por ladron y por traidor, y asi a todos los sinverguenzas que lo acompañan en el intento de apoderarse nuevamente de nuestra patria.
ResponderEliminarFelicitaciones por este excelente trabajo noticiero de evidencia de lo que sucede en el pais de mi apreciado amigo Jaime Galarza Zavala .Un abrazo a la distancia.
ResponderEliminarExcelente artículo del Maestro Jaime Galarza Zavala dirigido al que quiera entender; porque el que no quiere ver no ve, y el que no quiere oír no oye. Apelando o promoviendo la memoria histórica, Galarza nos recuerda un capítulo horrendo del pasado nacional y lo relaciona con el famoso beso de Judas. El traidor mayor, el que vendió a Jesús, tuvo la entereza de ahorcarse, dice la enseñanza bíblica. Al otro en referencia, a Leonidas Plaza, lo “ahorcó” su propia conciencia, porque cuando visitaba Huigra cayó infartado al pie del monumento al general Eloy Alfaro. Plaza, que fue sacado del anonimato por don Eloy traicionó la Revolución, pactó con la derecha y fue culpable de la Hoguera Bárbara. Conocer la historia vale para entender el presente y construir el futuro. Pp.
ResponderEliminarMaldito el hombre que confía plenamente en otro hombre.
ResponderEliminarMe cansé de leer y escuchar a hombres valiosos para nuestro pueblo, defendiendo a ultranzas el saqueo que han sufrido las arcas de nuestra nación, no disfracen la lealtad con el enamoramiento que tienen en favor de Rafael Correa. O es que acaso no ven la cantidad de casos de corrupción que aparecen día a día, por donde tocan sale pus.
Sea lo que sea Lenín Moreno, llámese como se llame, eso no importa, importa la patria más allá de Lenín o de Rafael.
De hecho éste será el último escrito que leeré del autor del Festín del Petroleo que ahora cambió de bando y defiende a los que se festejaron la plata de las regalías.
Benjamin Vanegas