Desde que triunfó la Revolución Socialista en Rusia (octubre de 1917) y
se creó la Unión Soviética dirigida por el Partido Comunista, toda la derecha
mundial se volvió encarnizada enemiga de todo lo que ella creía derivada o
cercana al comunismo. Con el pretexto de combatirlo, se instauraron las
dictaduras nazifascistas en Alemania con Hitler, en Italia con Mussolini y en
España con Francisco Franco. Dictaduras sanguinarias y guerreristas que
implantaron la cárcel, la tortura, el exterminio como métodos de gobierno, y
empujaron al mundo a ese gigantesco holocausto universal que fue la
Segunda Guerra Mundial, , en la cual –para citar el ejemplo más trágico-la
Unión Soviética perdió 27 millones de seres humanos.
Terminada la Segunda Guerra Mundial, y gracias a ella que le benefició
en todos los órdenes, surgió como primera potencia mundial Estados Unidos, bajo
el signo del imperialismo, es decir del sistema capitalista más desenfrenado y
enloquecido por alcanzar el dominio mundial. Washington enarboló desde entonces
la bandera anticomunista con el pretexto de impedir la expansión soviética,
desatando así la llamada Guerra Fría. El registro de conflictos bélicos, de
golpes de Estado, genocidios, asesinato de líderes opuestos al dominio
imperialista se convirtieron en el amargo pan de cada día para los
pueblos hambrientos. Bajo esa misma bandera, las décadas del 50, 60 y 70 del
siglo veinte llenaron América Latina y El Caribe de atroces dictaduras que
convirtieron el hermoso paisaje continental en un lago de sangre y lágrimas.
El Ecuador no fue ajeno a esta suerte. Basta recordar la dictadura implantada el 11 de julio de 1963 para gloria y satisfacción de los siete
dinosaurios petroleros, encabezados por Texaco-Chevron; o bien la dictadura
militar dirigida por el Almirante Alfredo Poveda, de 1976 al 78, que cometió la masacre de trabajadores de Aztra y el asesinato del líder político liberal Abdón Calderón Muñoz, entre tantos otros crímenes. Esto sin contar con los actos de
genocidio, magnicidios, torturas y entreguismo practicados por unos cuantos
gobiernos llamados democráticos, cuyo retorno añoran tanto las fuerzas del
pasado, representadas por los tres candidatos presidenciales de la banca
chulquera: Guillermo Lasso, Cinthya Viteri y Paco Moncayo.
Y como estas fuerzas están aterradas por la perspectiva del triunfo de
Lenin Moreno, candidato presidencial de País y de otros grandes sectores sociales
y políticos, han comenzado una vil campaña para presentar al candidato popular
como satánico representante del comunismo. Para esto se valen del anonimato y
de las redes sociales, así también como medios de comunicación diversos, como
es el caso de la radio católica “María”, desde la cual las voces
histéricas de ciertos entrevistados lanzan furibundos gritos anticomunistas y
oraciones contra un Satanás que se esconde supuestamente detrás de Lenin
Moreno.
¿Se nos quiere llevar a una guerra religiosa, encuadrada en los
consabidos procedimientos de la CIA y la derecha ecuatoriana? Sí, por supuesto
de allí que sea necesario denunciar y parar a tiempo la campaña anticomunista,
si no queremos el día de mañana acompañar de cadáveres el llanto de nuestros hijos.
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P.D. Le invito a que escriba su comentario en el recuadro de abajo, no
importa si está a favor o en contra. Ejerza su derecho a decir lo que piensa.
C. M. Luis Fernando Carvajal Herrera.
Atte.
Twitter:
@lufecahe
Estamos de acuerdo en la parte inicial del texto, pero completamente en desacuerdo con el final, pues, el gobierno de Correa ha utilizado los métodos fascistas de Mussolini para destruir la organización del movimiento obrero
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