Traductor

miércoles, 18 de junio de 2014

LA REELECCIÓN

A escala nacional hay un debate ardoroso acerca de la pretendida enmienda constitucional que permitiría la reelección indefinida de todos los cargos sujetos al voto popular, pero que en forma declarada por algunos asambleístas se encaminaría a propiciar la reelección del presidente Rafael Correa. Este debate está encendido dentro y fuera de Alianza PAIS. No debería ser tan extendido: después de todo, el pueblo tiene derecho a elegir y reelegir a quien le convenga, como tiene derecho legal y constitucional a destituir a cualquier funcionario del Estado, por alto que sea, mediante la revocatoria del mandato.
Lo que ocurre es que para la derecha, los ultra de izquierda y derecha, y los oportunistas de todo pelambre, la enmienda dejaría abierta la senda a un nuevo triunfo del líder de la Revolución Ciudadana y esto significa abrir otra vez la puerta al diablo. Hay, pues, que invocar a todos los santos y a la corte celestial para impedirlo.
Desde un punto de vista revolucionario la reelección, como principio, debe ser sostenido y respetado: la alternancia nunca fue, en ninguna parte del mundo, garantía de cambios sociales y,  con frecuencia, sirvió para que los nuevos gobernantes echaran al cesto de basura los beneficios sociales y políticos dispuestos en gobiernos anteriores. Bastan, como ejemplos, los múltiples y nefastos pasos hacia atrás dados por gobiernos surgidos de esa supuesta “alternancia democrática”: la sangrienta política represiva de Febres Cordero, el entreguismo de Sixto Durán Ballén a favor de las compañías petroleras, las quiebras bancarias con Jamil Mahuad, la corrupción galopante con Lucio Gutiérrez, y un interminable etecétera.
En el caso que nos ocupa, si de revolución se trata y no de marchas en el mismo terreno o reciclaje de funcionarios, lo que debe preocupar a Alianza PAIS, a sus aliados actuales y potenciales es algo muy distinto a la enmienda constitucional, relativamente fácil dada la mayoría de la Asamblea tan vinculada al gobierno actual; lo que debe preocuparles es sentar las bases para un triunfo claro y contundente en las elecciones del 2017, y esto pasa por la aplicación rigurosa de, al menos, 10 medidas o políticas:
1. Denuncia y freno a la corrupción dentro de las instituciones y empresas del Estado.
2. Reducción de la burocracia innecesaria, especialmente en nivel de asesores, y rebaja de latisueldos.
3. Cumplimiento del principio sentado por el Presidente Correa:” Sin revolución agraria no hay Revolución Ciudadana”.
4. Acciones concretas contra toda manifestación de sectarismo.
5. Tolerancia a las discrepancias internas y a la crítica externa.
6. Apertura de foros locales para el tratamiento de los asuntos de interés seccional.
7. Mano tendida a cuantos coincidan en los grandes objetivos de soberanía nacional y políticas de desarrollo social.
8. Participación plena de los jóvenes y adolescentes en grandes planes de transformación. Ejemplo: en campañas masivas de reforestación, arte  y deportes.
9. Limitación clara y precisa del crecimiento del capitalismo, a fin de que no desborde el desarrollo armónico de la sociedad.
10. Afirmación plena de la política latinoamericanista, de integración, de apoyo a la paz mundial y oposición a todos los planes de dominación imperialista.
La aplicación de estas políticas sería una base para dar consistencia a la propuesta reelección. De lo contrario, la enmienda solo serviría para que se desate contra Alianza PAIS y el Presidente Correa una campaña de furibundas acusaciones, calumnias y conspiraciones, en medio del desencanto y la frialdad del pueblo ecuatoriano. Es decir, marchar a la derrota.   

E-mail: jaigal34@yahoo.es          Twitter: @jaigal34
_______________________________________________
P.D. Le invito a que escriba su comentario en el recuadro de abajo, no importa si está a favor o en contra. Ejerza su derecho a decir lo que piensa.
C. M. Luis Fernando Carvajal Herrera.
Atte.

Twitter: @lufecahe

miércoles, 4 de junio de 2014

LA ASAMBLEA Y EL CASO ROLDÓS

Se han cumplido 33 años del asesinato del presidente Jaime Roldós Aguilera, en la Fiscalía General se ha reabierto la investigación de este trascendental hecho histórico, numerosos grupos de ciudadanos han presenciado el documental que se proyecta en cines y en pantallas de la televisión, se han realizado y se proyectan actos de presentación del libro “Quienes Mataron a Roldós”, pero la Asamblea Nacional no dice una palabra al respecto, como si hubiese heredado el encubrimiento que mantuvieron sobre el tema los célebres congresos nacionales de la partidocracia. Porque hay que recordar que en su seno, a lo largo de casi dos décadas, las comisiones parlamentarias nombradas al efecto realizaron múltiples audiencias, revisaron cientos de informes y documentos, escucharon a una considerable cantidad de testigos y actores…y no llegaron a nada. Más les pudo el miedo o el compromiso. Miedo porque desde las sombras ellas recibieron amenazas para paralizar las investigaciones, como lo denunció el ex presidente de la República, Otto Arosemena Gómez, que presidió la primera comisión, cuando secretarios y técnicos se vieron forzados a renunciar a sus misiones. En cuanto al compromiso, basta recordar que los diputados demócratacristianos y socialcristianos, hicieron miles de malabares y piruetas para que el enorme crimen quedara en la oscuridad, porque sus jefes fueron los herederos afortunados del hecho de sangre (vicepresidente Osvaldo Hurtado Larrea), o porque odiaban al joven mandatario que abiertamente los habían desenmascarado,  como “insolentes recaderos de la oligarquía” (León Febres Cordero). De ese nefasto período investigativo data la desaparición de documentos trascendentales, que comprometían a la CIA y al Mossad, la central israelí del espionaje y el terrorismo de su Estado belicista.
Todo ello es explicable bajo la larga noche neoliberal, que dijera el presidente Rafael Correa, con esos congresos envilecidos por el billete, las prebendas y sucios negociados, pero que calle la actual Asamblea Nacional no se justifica en modo alguno. Ella es fruto de elecciones verdaderamente democráticas, cuyo resultado fue la conformación de un bloque mayoritario en absoluto (108 asambleístas de 135), originado en las listas de la Revolución Ciudadana, entre cuyos postulados principales figuran los derechos humanos, comenzando por el derecho a la vida; derechos brutalmente violados todos en el asesinato de Jaime Roldós y sus ocho acompañantes, incluida su esposa, el ministro de Defensa, la esposa de éste, pilotos y tripulantes. Con el agravante de numerosos accidentes aviatorios posteriores, justificadamente sospechosos, y desaparición o muerte de campesinos de la zona donde se produjo el macabro suceso.
Por lo demás, los asambleístas conocen perfectamente que el propio presidente Correa estuvo a punto de caer víctima del magnicidio en aquel fatídico 30-S, y que el peligro para él y para los demás líderes de Nuestra América continúa en pie, como lo demuestra la guerra civil que el imperio propicia en Venezuela. Es decir, ellos deberían apelar a razones históricas y contemporáneas para actuar en el caso Roldós, cuando menos impulsando y supervisando la reapertura de la investigación en la Fiscalía General. Así cumplirían con un elemental deber democrático y revolucionario en esta triste historia de la patria. No hacerlo, sería cubrirse con el manto de vergüenza que antes cayera sobre los congresos de la partidocracia.
E-mail: jaigal34@yahoo.es          Twitter: @jaigal34
_______________________________________________
P.D. Le invito a que escriba su comentario en el recuadro de abajo, no importa si está a favor o en contra. Ejerza su derecho a decir lo que piensa.
C. M. Luis Fernando Carvajal Herrera.
Atte.
Twitter: @lufecahe