El grito ha vuelto a resonar en el campus de la Universidad
Central, coreado por millares de voces: ¡Adelante, Universidad! Esto con motivo
de las recientes elecciones de sus autoridades, en que triunfó el antiguo
profesor de Medicina Fernando Sempértegui.
Claro que gritar "Adelante" es un ritual que no
significa nada. Se puede dar pasos hacia adelante marchando sin término en el
mismo terreno; se los puede dar para subir a la cumbre o, al contrario, para
dirigirse al abismo. ¿Hacia dónde se encamina el emblemático plantel de
educación superior, tan querido por todos los ecuatorianos? ¿Hacia la
excelencia académica, la mediocridad de etapas anteriores, la política de
sectas y de tribus garroteras? Está por verse, pero desde ya es inquietante
saber que el triunfador contó para ganar con el apoyo del sector partidista que
tuvo en sus manos el timón de la nave durante varias décadas, llevándola al
borde del naufragio. El temor surge porque se dan signos maléficos como el que
sugiere la siguiente información periodística en la entrevista hecha al doctor
Sempértegui: "Marcelo Rivera, expresidente de la FEUE por el MPD, que
gobernó la Central por 20 años, antes del período de Edgar Samaniego, escribió
en Twitter: `'Triunfan las fuerzas democráticas en la UCE. Correa-Samaniego es derrotado' ". (El Comercio, 18 de enero 2014).
Recordemos que Rivera fue a prisión por la garrotiza propinada al Rector Edgar Samaniego, acción por la cual su grupo lo convirtió poco menos que
en héroe nacional, por lo que sus palabras revelan una intencionalidad política
apenas disimulada: hacer de la Universidad Central un campo de lucha
contra el correismo, conforme su secta, al igual que otras, califican al
proceso de cambios (limitado e incompleto, si se quiere) que vive el país. Esto
es alarmante aunque solo fuese porque la agrupación de Rivera participó
activamente en el fallido golpe de Estado del 30-S, en que estuvo a punto de
ser asesinado el Presidente Rafael Correa. Desde entonces, toda clase de
opositores busca un cuartel en el cual agrupar tropas y disparar sus cañonazos
para derribar al régimen que les quita el sueño, esto en el mejor estilo de la
CIA.
Naturalmente, en el carro del triunfo no está solo Rivera y su
grupo. Se hallan también progresistas e izquierdistas que buscan honestamente
consolidar una línea de pensamiento y acción que convierta a la Central en un
campo de estudios de la más alta calidad, como lo sueñan sus 40.000 estudiantes
y lo necesita el Ecuador. Pero por ahora esta es solamente una suma de buenas
intenciones, y es sabido que de buenas intenciones está empedrado el camino al
infierno.
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P.D.
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a decir lo que piensa.
C. M.
Luis Fernando Carvajal Herrera.
Atte.
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