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jueves, 28 de noviembre de 2013

ELOY ALFARO, LÍDER DE NUESTRA AMÉRICA


José Martí, el Apóstol de la Independencia de Cuba, escribió: “El bravo Eloy Alfaro es uno de los pocos americanos de creación”. Al respecto, el Archivo Histórico de nuestra Cancillería acaba de publicar su primer cuaderno, bajo el título que encabeza esta nota, el cual nos muestra en forma resumida pero con abundantes datos una de las más ricas y menos conocidas facetas del Viejo Luchador: su inmenso rol de líder latinoamericano. Allí figura su empeño permanente por reconstruir la Gran Colombia, siguiendo el sueño del Libertador; sus fructíferas acciones por unificar a las naciones centroamericanas, superando los  graves conflictos, incluso bélicos, entre ellas; sus apasionados movimientos en pro de Cuba, entonces todavía bajo el yugo hispánico; en fin, su internacionalismo, que le convirtió en peregrino de nuestra América, recorriendo países y aglutinando grupos y líderes revolucionarios del continente.
La obra se inserta en el actual contexto de las luchas que libra América Latina por sacudirse del abrazo brutal de la boa imperialista, tan fortalecida por las oligarquías criollas y toda clase de  felipillos que medran del coloniaje que nos cayó después de España. El camino de ALBA, UNASUR, CELAC, SUCRE, etc., será más fácil en la medida que crezca el orgullo consciente de los pueblos por las gestas gloriosas y el papel jugado por sus próceres. Razón tiene el Canciller Ricardo Patiño al escribir en el prólogo de esta obra: “Estamos seguros de que después de leer estas páginas, aumentará nítidamente la autoestima patriótica y el orgullo nacional del pueblo ecuatoriano, al mirarse  en el espejo del gran conductor de la Revolución Liberal Radical, que iniciara a fines del siglo XIX el proceso de cambios sustanciales que las generaciones actuales culminaremos en el siglo XXI”.
Respecto de esta obra, hay que anotar que tiene más de propósitos didácticos que de pretensiones académicas, lo cual se viene probando en las varias reuniones de promoción efectuadas en colegios secundarios de la capital, facultades de la Universidad de Guayaquil, grupos de jóvenes revolucionarios, líderes sociales y seminarios de lideresas, a los que ha concurrido el propio director de la obra, Jaime Galarza Zavala, que condujo la investigación y redacción de la misma. En todos los casos la acogida ha sido fervorosa y ha suscitado diálogos entusiastas, especialmente con la juventud y las mujeres. A propósito, este sábado próximo, 30 de noviembre, la obra será presentada en Ciudad Alfaro, Montecristi, a partir de las 10 de la mañana, con la concurrencia de universidades, colegios y organizaciones sociales de la provincia de Manabí. El acto está abierto a todo público y en él se donará la obra a los concurrentes.
Producido en una vasta edición de 25 mil ejemplares, con fines de distribución gratuita, este modesto libro de 80 páginas (Cuaderno No. 1 del Archivo Histórico), circulará en todo el país, principalmente a través de actos públicos, así como en otras naciones del continente, debiendo ser presentado en La Habana en febrero próximo, dentro de la Feria Internacional del Libro. El segundo Cuaderno programado por el Archivo Histórico  se refiere al tema poco tratado antes sobre las “Bases militares norteamericanas en el Ecuador”, que incluye obviamente el caso de Manta, que es reciente, pero se remonta a la vez a las bases de Galápagos y Salinas en la década del 40 del siglo pasado, así como a las diversas y grandes luchas patrióticas por preservar la soberanía nacional sobre su patrimonio territorial, dentro de lo cual vuelve a fulgurar el patriotismo sin tacha del General Eloy Alfaro.





E-mail: jaigal34@yahoo.es         Twitter: @jaigal34
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P.D. Le invito a que escriba su comentario en el recuadro de abajo, no importa si está a favor o en contra. Ejerza su derecho a decir lo que piensa.
C. M. Luis Fernando Carvajal Herrera.
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miércoles, 20 de noviembre de 2013

LAS DOLORES Y LA JUSTICIA

De pronto un asalto policial, violento, brutal. Muertos, heridos, desaparecidos, ni un solo gendarme lastimado. En la versión oficial, el operativo se produjo para evitar o contrarrestar un atraco delincuencial, jamás probado hasta hoy. ¿Quién llamó a la policía? ¿Por qué no se montó una  acción preventiva si se tuvo noticia a tiempo del posible atraco? Los circunstantes fueron obligados a tirarse al suelo y allí se les disparó y mató.
Una de las víctimas, un cariñoso padre que acudió a comprar pañales para su pequeño vástago. Entre los desaparecidos, Johnny Gómez, un peatón al que se encapuchó con su propia camiseta, fotografiado por casualidad, y al que supuestamente se le asesinó después, sin que nadie sepa ni dónde ni por qué, pero que fue reconocido por su esposa, Dolores Guerra. Una de las tres Dolores de esta sangrienta historia. Las otras dos: Dolores Briones y Dolores Vélez. Las tres, viudas a la fuerza, gracias a los desafueros criminales del gobierno del coronel Lucio Gutiérrez, "el mejor amigo y mejor aliado de Estados Unidos", según la amorosa confesión que hizo entonces a George Bush, el carnicero universal.
Entonces comenzó el peregrinaje de las Dolores,  con sus pequeños a cuestas, sin que jueces ni autoridades escucharan sus lamentos, sus quejas, sus valientes reclamos. Hasta que últimamente la Fiscalía General del Estado, decidida a empuñar la vara de la justicia, inició la causa que, para comenzar, significa un cúmulo de medidas cautelares como órdenes de prisión y otras, que afectan a más de una veintena de oficiales y gendarmes de tropa. Faltan medidas a tomar, desde luego, como las exigidas por Dolores Guerra en el sentido de que se investigue concretamente la desaparición de su marido, quien, hallándose detenido aquella fecha, alcanzó a comunicarse con ella y le advirtió que los policías le amenazaban de muerte. ¿Por qué? ¿Tal vez porque resultó testigo involuntario del criminoso asalto policial?
En todo caso, en esta hora que comienza a brillar la justicia, hay también una luz de esperanza para las tres Dolores y sus jóvenes hogares.
Por nuestra parte, que entonces publicamos encendidos de indignación nuestra protesta, en homenaje a ellas reproducimos ahora un poema que en la hora pusimos a circular:


ROMANCE DE LAS DOLORES


Dolores Guerra
Allá van las tres Dolores
por el Boulevar del Puerto.
¿Dónde están nuestros esposos?
le preguntan a ese infierno
de gendarmes y de jueces
que se alimentan con muertos.


Dolores Briones
Juntas van las tres Dolores
clamando justicia al cielo.
Guayaquil de mis amores
guarda prudente silencio.
La ciudad está ocupada
en darle vida al cemento
y camuflar sus vergüenzas
con un ropaje de hierro.
El grito de las Dolores
es papel que arrastra el viento.

Dolores Vélez
Pero al fin el grito estalla
convirtiéndose en estruendo
y llegan las tres Dolores
haciendo fuerza del duelo
para vencer a la muerte
resucitando a sus muertos
y alumbrarnos el camino
con la estrella de su ejemplo.
El pueblo les da la mano
para curarse del miedo.
 
Llegan juntas las Dolores
y se nos quedan adentro.  


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jueves, 14 de noviembre de 2013

CHEVRON: PAGA LO QUE DEBES


La Corte Nacional de Justicia (CNJ), a través de la Sala de lo Civil y Mercantil, acaba de dictar un fallo que confirma la sentencia dictada por los jueces de Sucumbíos, la cual mandaba a Chevrón-Texaco  pagar  nueve mil quinientos millones de dólares por concepto de indemnización a los pueblos amazónicos afectados por la criminal política ambiental y social ejecutada en la región a lo largo de 28 años que duró el saqueo de nuestro petróleo por parte de la multinacional. 
Como la empresa delincuente se negó a presentar las debidas disculpas a las comunidades afectadas, los jueces duplicaron la suma, que se elevó a 19 mil millones. El fallo de la Sala elimina esta segunda parte de la sentencia, con lo cual la multinacional norteamericana se beneficia con la mitad del monto. Habrá que ver hasta qué punto este perdón se justifica legalmente, pero lo seguro es que Chevrón-Texaco, pese a la gracia concedida, continuará negándose a pagar hasta el fin de los siglos. Y es que -como lo hemos dicho hasta el cansancio- esto no es cuestión de justicia ni de montos: es cuestión de soberbia imperial y de cuidarse en salud por parte del monopolio.
La soberbia del imperio es colosal: por menos cantidad de dólares, derivada de una modesta reforma agraria decretada en Guatemala por el gobierno democrático del Coronel Jacobo Arbenz, a exigencias de la United Fruit (hoy Chiquita o Brands), el Pentágono y la CIA armaron toda una invasión de mercenarios en 1954, derrocaron al gobierno, fusilaron y torturaron a mansalva y establecieron un régimen de terror que duró cerca de tres décadas. Siempre con el apoyo directo de Washington. Es que la osadía de izar banderas de soberanía y dignidad frente al imperio se paga con la muerte; de otra manera, cualquier colonia se alzaría a mayores; el imperio dejaría de ser imperio.
La otra razón por la que Chevrón-Texaco se niega a pagar a los demandantes ecuatorianos, es porque si aquí deja que se le saque un pedacito de su robusta corpulencia, todo el mundo se alzará en los cinco continentes para ajustar cuentas con estos bribones, pues en todas partes han arrasado suelo y subsuelo, han causado cáncer y otros males, se han burlado de las leyes, han desacatado a los Estados. Por eso mismo va creciendo en todas partes la solidaridad con los demandantes y con nuestra patria, hoy amenazada brutalmente por este motivo. Esta solidaridad se amplía cada vez más en el mundo, con el pronunciamiento de gobiernos y representantes de los pueblos, que incluyen valerosas y dignas voces de dirigentes y artistas norteamericanos. De aquí la necesidad de que entre nosotros se incremente la difusión de esta turbia historia, se promueva el aglutinamiento de las comunidades y se unifique la acción, por encima de las críticas o desacuerdos que en diversos lados se expresen frente al gobierno del presidente Rafael Correa. Y es que en esto se juega el ser mismo de la nación ecuatoriana, no un programa partidista ni una postura ideológica determinada.
A propósito, los millares de candidaturas electorales provinciales, municipales y parroquiales, que hoy salen a la palestra, si en  verdad son progresistas y patrióticas, deberán todas lanzar un solo clamor: CHEVRON, PÁGA LO QUE DEBES. Esto contribuiría a la unidad nacional y, de paso, evitaría que la contienda se convierta en ring de rivales vanidosos y en baratillo de ofertas electoreras.

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miércoles, 6 de noviembre de 2013

LA SOBERANÍA Y LA VIDA

Un delincuente de cuello blanco llamado Jamil Mahuad, reclamado por la justicia ecuatoriana, se halla cómodamente instalado en la Universidad de Harvard bajo la protección de la Interpol, que equivale a la protección oficial de Washington. La fórmula es simple pero intolerable: la Interpol se niega a cumplir con la “difusión roja”, pedida por nuestra justicia y que constituye una especie de orden mundial de captura. El argumento se basa en que, supuestamente, faltan no se sabe qué documentos legales, con lo cual la Interpol se convierte en cuarta instancia de… ¡la justicia ecuatoriana! En el fondo hay un gato encerrado, y es la enorme gratitud del imperio por los múltiples servicios que le prestara el sujeto de marras cuando ocupó la Presidencia del Ecuador con el apoyo público y decidido del Partido Socialcristiano que, para hacerlo, se abstuvo en esa ocasión de presentar candidato presidencial. Señalemos sólo tres de los grandes servicios prestados a la causa imperialista: 1) La muerte del sucre y la implantación del dólar como moneda nacional, lo que nos volvió dependientes de la Reserva Federal norteamericana; 2) La entrega de la Base de Manta a las políticas bélicas del Pentágono, lo que estuvo ligado al Plan Colombia y, sin duda, a la agresión que sufrimos en Angostura; 3) La firma del Acuerdo de Paz  entre Mahuad y ese otro delincuente llamado Alberto Fujimori, de acuerdo a las exigencias del Departamento de Estado a fin de que la fuerza militar ecuatoriana se situara en el Norte para cumplir tareas de guerra contra las FARC
Estos servicios, mencionados en resumen, le convirtieron al ex gobernante ecuatoriano en notable testaferro de Washington, y a la vez en potencial testigo de cargo, el día que se sienta abandonado por sus todopoderosos padrinos y se anime –si llegara el increíble caso- a relatar los pormenores y secretos de estos y otros mil actos de entreguismo a la potencia más explotadora y bárbara que conoce la historia de la humanidad.
En ese contexto, la exigencia de que la Interpol cumpla con el mandato judicial ecuatoriano, capturando y permitiendo la extradición del delincuente, es cuestión de vida o muerte para la soberanía de nuestro  país, ya demasiado burlado con el caso de los Isaías, quienes permanecen muy orondos en Miami  disfrutando de las fortunas arrebatadas a los ecuatorianos e invirtiendo esos dineros malhabidos en jugosas empresas yanquis. Y si a esto se suman las múltiples maniobras de Chevron-Texaco para invalidar la sentencia de la justicia ecuatoriana, nuestra patria sería revolcada y pateada en el suelo. Pero hay mucho más: en el caso Mahuad está vivo y patético el infortunio al que fueron lanzados millones de ecuatorianos a causa del feriado bancario decretado por él para favorecer a los banqueros estafadores, que se alzaron con los ahorros de la ciudadanía y condujeron a muchos ecuatorianos al hambre, al suicidio y al éxodo masivo, muchas veces para morir asesinados a manos de mafiosos o policías en el extranjero. Por eso el juicio y la consiguiente sentencia a Mahuad es también un imperativo de justicia social y de sanidad política, para que ningún gobernante en el futuro se atreva a jugar criminalmente con la vida de los ecuatorianos.

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